instante, que un polaco, de nombre Kasprich, obrero, residente en Bromberg, la calle Sandomierska, apartado 1, cometió saqueos en casas particulares alemanas, habiendo robado ropa. Yo lo vi cargando tapas, cortinas y lámparas en el brazo, en l a calle Thorm. Fue el domingo, día 3-9-1939, de mañana, entre las 12 y 13 horas. Por l o que sé, Kasprich está en casa. Mi testimonio me fue leído lentamente y con toda exactitud. Comprendí todo. El protocolo ha sido redactado de acuerdo con mis declaraciones.
Me confieso directamente culpable de la muerte de los tres populares alemanes antes mencionados, habiéndolos falsamente acusados de posesión de armas. Nunc a, sin embargo, los habría denunciado a la milicia polaca, si hubiese previsto que s ería n asesinados.
L. apr. ass. Wladislaus Dejewski
Aprobado: Kraus, funcionario de la justicia. Fuente: Sd. K. Ls. Bromberg 16 / 39.
24. Escondido en el estiércol.- Asesinio de Hans Schulz y Helmut Knopf-
Muertos a palos, el hijo y el yerno. El testigo Friedrich Schulz, de Bromberg, depuso bajo juramento: En cuanto a la persona: Me llamo Friedrich Schulz, tengo 52 años de edad soy evangélico, de profesión carnicero; pertenezco a la minoría alemana y resido en Bromberg, la calle Oranienstrasse, 15. En cuanto a la causa: El domingo 3 de septiembre de 1939, a las 14 horas, vinieron a nuestra casa varias hordas de soldados, civiles y ferroviarios, diciendo: " Esta casa haremos volar por los aires. Entonces los alemanes saldrán”. Huimos. Yo salté en el patio, escondiéndome en el estiércol. Mi hijo Hans, de 20 años de edad, soltero, y mi yerno Helmut Knopf que tiene dos hijos con 4 meses y 1 ½ de edad, saltaron a la cerca del jardín para esconderse en el follaje del patatal y en el juncal. Pero fueron atrapados en l a c erca. Dentro del estiércol reconocía la voz de nuestro vecino, del ferroviario Przybyl, que les llamó: "¡ Levánten las manos!" Mi hijo y mi yerno fueron conducidos a otro jardín, a unos 500 metros de distancia; reconociendo por el lugar donde se encontraron los cadáveres. A mi yerno habían arrancado y robado la dentadura de oro. Además, le había cortado la lengua. La " Comisión Internacional " sacó una fotografía de mi yerno. Además, estaba tan ensangrentado que dejamos de examinarlo más minuciosamente. Mi hijo tenía en el occipital una gran abertura por donde había salido la masa cefálica. Ninguno de ellos había muerto a tiros, sino a palos. No tenía n heridas producidas por proyectil. Yo mismo escapé con vida, únicamente, porque no me descubrieron en el estiércol. Mi mujer, mi hija y mis dos hijitos que se encontraban escondidos en nuestro sótano y en el de un vecino polaco, escaparon ilesos. El testigo prestó juramento.
L. apr. ass. Friedrich Schulz. Fuente: WR I.