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Para comenzar la andadura de esta revista digital, queremos destacar una noticia que ha salido a la luz recientemente y que queremos analizar ya que incide directamente en el mundo laboral y de la educación.
Después de sufrir una grave crisis a nivel laboral, social y económico que ha llegado a todos los estratos de la sociedad sobre todo en las clases menos favorecidas nos parece que empezábamos, como sociedad, a ver luz al final del túnel. Los “brotes verdes” por fin parece que crecen y la economía empieza a dinamizarse de nuevo, sin embargo, cuando aparecen noticias como la mencionada, nos hacen pensar que quizás la recuperación se base en el mismo modelo que nos llevó a la crisis.
La burbuja inmobiliaria, que saltó por los aires en 2009 y que trajo consigo unos niveles altísimos de paro, además de pobreza y desesperanza, no parece haber servido para escarmentar y redirigir las inversiones a otras áreas de empleo surgidas de la inversión en I+D+i u y otras industrias punteras mundiales como por ejemplo, energías renovables, nuevos procesos productivos, etc...
Todo apunta a que la tendencia es querer repetir el modelo económico que nos llevó a la quiebra basado principalmente en el sector servicios (con condiciones y salarios también precarios) el único sector que a priori ha sostenido y frenado el paro creado por la crisis inmobiliaria. No se percibe una voluntad real de querer cambiar el modelo en ninguno de los dos sectores mencionados ya que, por un lado, seguimos atrayendo a los visitantes gracias a los bajos precios en alojamiento, alimentos y bebidas primando la cantidad antes que la calidad. Y por otro, se está volviendo a incentivar la construcción masiva.
En lugar de invertir los recursos en atraer empresas y retener el talento ya formado, se está volviendo a invertir en los mismos sectores que nos llevaron a la crisis. Ante la falta de empleo y de proyecto de futuro, la juventud ve como una opción abandonar los estudios y ponerse a trabajar, aunque sea con bajos salarios y en condiciones precarias. Si bien, este comportamiento es un tanto cortoplacista, pero es hasta cierto punto, comprensible ya que, a día de hoy, el hecho de obtener un título no garantiza el conseguir un puesto de trabajo estable y remunerado dignamente.
Las preguntas que nos surgen son: ¿Qué estamos haciendo mal para que jóvenes de menos de 24 años decidan dejar de estudiar para ir a trabajar a la construcción/turismo? ¿Por qué no se promueve o estimula la formación entre este sector de población? ¿No les resulta atractivo seguir formándose para tener empleos de más calidad?
Si este modelo sigue adelante, corremos el peligro de volver a repetir la historia…pero ¿no había que conocer la historia para no repetirla? ¿Si ya la conocemos, porqué la repetimos? ¿A quién le está interesando que se repita?
Fuente: Antena 3
ARTÍCULO DE OPINIÓN
REPITIENDO LA MISMA HISTORIA
“Aumenta el número de jóvenes que dejan los estudios para incorporarse cuanto antes al mercado laboral”