Gisela Landázuri Benítez
l
Liliana López Levi
agrícola chinampera; tanto como fuente de empleo y de ingresos hasta como
su percepción como parte de un paisaje que pretenda ser agradable al turismo.
Xochimilco significa “sementera de flores” y ya no hay flores en las chinampas
cercanas a algunos embarcaderos; por el deterioro y abandono. Los canales que
han perdido profundidad por el saqueo de los manantiales para abastecer a la
ciudad y la contaminación que han sufrido por la inyección de aguas negras o
tratadas, no han tenido eco con las diferentes administraciones delegacionales:
“no tienen la visión para rescatar los canales”. Esto ha llevado a acciones
de sus organizaciones para recuperar los canales con sus propios recursos.
Una de las propuestas de los grupos locales es que los funcionarios entren a
campo directamente a conocer el terreno, “que no improvisen proyectos en el
escritorio”, como suele suceder.
En palabras de uno de los entrevistados (MC, 2012), líder de una organización
constituida en torno a servicios turísticos: “Lo que se necesita es una cirugía,
no mejorar”. Y agrega: “Gracias a las chinampas, Xochimilco sigue vivo. Si
se pierden más empleos y fuentes de ingreso en torno a la actividad agrícola y
turística, no habrá que sorprenderse que aumente la criminalidad”.
La problemática antes mencionada es señalada por miembros de distintas
organizaciones locales, que a su vez se han unido en una mayor, cuyo nombre
refleja dicha preocupación: Organizaciones Unidas Turísticas al rescate de
Xochimilco. A través de ella, se proponen solicitar recursos a las embajadas,
instituciones académic