Crisis Civilizatoria | Page 85

Xochimilco: chinamperío, patrimonio cultural y prácticas turísticas Existen varios proyectos de desarrollo que bajo la lógica capitalista, se han promovido para la zona. Ejemplo de ello son la expropiación de los ejidos para hacer un parque recreativo, el proyecto reciente de hacer un acuario junto con la construcción del metro que llega a Tláhuac y la declaratoria de Xochimilco como barrio mágico. Dichos proyectos se plantean a gran escala y son obras pensadas en función del turismo y no de las necesidades de los pobladores. A partir de lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo analizar las consecuencias que el turismo tradicional trae y puede acarrear; y debatir en torno a la forma de involucrar a los pobladores locales, en el sentido de que sean ellos los que le den dirección a los proyectos planteados. Los patrimonios culturales y naturales como referentes culturales e identitarios El análisis que aquí se plantea parte de que el patrimonio (ya sea referido a elementos naturales, históricos o culturales) es un concepto polisémico que tiene una diversidad de implicaciones, objetos, paisajes y manifestaciones culturales. Por ello, al abordar el caso de los patrimonios naturales y culturales, debemos considerarlos en plural. Los patrimonios culturales y naturales se reproducen o se conservan en la memoria, como referentes culturales e identitarios; en la vida cotidiana, en las celebraciones y rituales son el sustento de la construcción social de un pueblo. Como señala Eduardo Nivón (2010:20-21) “el factor determinante del patrimonio es su carácter simbólico, su capacidad para representar simbólicamente una identidad”, y como la cultura, se refiere a los rasgos distintivos de una sociedad, en el ámbito material, intelectual, espiritual y afectivo. En la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, realizada en 2003, la UNESCO definió al patrimonio cultural inmaterial como: Los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible. 83