Xochimilco: chinamperío, patrimonio cultural y prácticas turísticas
Existen varios proyectos de desarrollo que bajo la lógica capitalista, se han
promovido para la zona. Ejemplo de ello son la expropiación de los ejidos para
hacer un parque recreativo, el proyecto reciente de hacer un acuario junto con
la construcción del metro que llega a Tláhuac y la declaratoria de Xochimilco
como barrio mágico. Dichos proyectos se plantean a gran escala y son obras
pensadas en función del turismo y no de las necesidades de los pobladores.
A partir de lo anterior, el presente trabajo tiene como objetivo analizar las
consecuencias que el turismo tradicional trae y puede acarrear; y debatir en
torno a la forma de involucrar a los pobladores locales, en el sentido de que
sean ellos los que le den dirección a los proyectos planteados.
Los patrimonios culturales y naturales como
referentes culturales e identitarios
El análisis que aquí se plantea parte de que el patrimonio (ya sea referido a
elementos naturales, históricos o culturales) es un concepto polisémico que tiene
una diversidad de implicaciones, objetos, paisajes y manifestaciones culturales.
Por ello, al abordar el caso de los patrimonios naturales y culturales, debemos
considerarlos en plural.
Los patrimonios culturales y naturales se reproducen o se conservan en la
memoria, como referentes culturales e identitarios; en la vida cotidiana, en las
celebraciones y rituales son el sustento de la construcción social de un pueblo.
Como señala Eduardo Nivón (2010:20-21) “el factor determinante del patrimonio
es su carácter simbólico, su capacidad para representar simbólicamente una
identidad”, y como la cultura, se refiere a los rasgos distintivos de una sociedad,
en el ámbito material, intelectual, espiritual y afectivo.
En la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,
realizada en 2003, la UNESCO definió al patrimonio cultural inmaterial como:
Los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que
las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como
parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial,
que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las
comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza
y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y
contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad
humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente
el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos
internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto
mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible.
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