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Creciendo JUNTOS en Amor y Fe
puerta detrás de ti y ora a tu Padre en
privado. Entonces, tu Padre, quien
todo lo ve, te recompensará. Cuando
ores, no parlotees de manera interminable como hacen los seguidores de
otras religiones. Piensan que sus oraciones recibirán respuesta solo por repetir las mismas palabras una y otra
vez. No seas como ellos, porque tu Padre sabe exactamente lo que necesitas, incluso antes de que se lo pidas”.
Tomamos en serio las recomendaciones de nuestro Maestro para presentarnos ante el trono de Papá con la actitud correcta, de esa manera lo estamos honrando como Él merece. Ese
día nos reunimos 20 personas, 10
adultos y 10 niños. Durante su clase bíblica, los niños plasmaron en maquetas lo aprendido acerca de la creación
narrada en Génesis 1 y 2.
El día 10 de julio prediqué el sermón
titulado: “La oración revelada por Jesús” (Mateo 6:9-13). Con este mensaje, analizamos la oración modelo de
Jesús, conocida como el “Padrenuestro”, reconociendo su santidad y soberanía; anhelando vivir bajo su gobierno
de amor y misericordia sabiendo que
Él sabe qué es lo que más nos conviene, porque nos engendró como sus
hijos. Él conoce nuestras necesidades,
pero, como buen Padre, quiere que sepamos expresarlas para vivir en rela-
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ción perfecta. Nos ha colmado de perdón y quiere que lo extendamos a
quienes nos rodean, seguros de su
protección en Cristo contra las acechanzas de un enemigo que ya está
vencido. Al orar lo hacemos plenamente con el cuerpo, el alma y el espíritu, en una relación de familia. Ese día
nos reunimos 19 personas, 12 adultos
y 7 niños.
El día 17 de julio, prediqué el sermón
titulado: “Cuando Dios dice NO… aparentemente” (Romanos 8:26-28). Terminamos este día la serie de tres mensajes con respecto a la oración, resaltando el hecho de que, aparentemente, Dios se reserva el derecho de
contestar o no nuestras oraciones, sin
embargo, su amor no le permite dejar
sin respuesta TODAS las oraciones de
sus Hijos Amados, pero toda respuesta
está sustentada en su amor y sabiduría, nos responde de acuerdo con su
amor y no va a permitir que pidamos
lo que nos puede hacer daño; además,
muchas veces nos concede más de lo
que le pedimos o de manera mejor, tal
como dice la Escritura: “Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en
oración, pero el Espíritu Santo ora por
nosotros con gemidos que no pueden
expresarse con palabras. Y el Padre,
quien conoce cada corazón, sabe lo
que el Espíritu dice, porque el Espíritu
intercede por nosotros, los creyentes,
en armonía con la voluntad de Dios. Y
sabemos que Dios hace que todas las
cosas cooperen para el bien de quienes
lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”.