A ÚLTIMA HORA
OPINIÓN
VEHÍCULOS ELÉCTRICOS: EL FUTURO NO ES HOY
Si ha seguido las noticias en el último mes, sabrá
que el Gobierno pretende establecer una ley que
prohíba la venta y matriculación a partir del año
2040 de turismos y vehículos comerciales
propulsados por gasolina y diésel, siguiendo la
estela de otros países europeos, como Francia o
Reino Unido, que ya han anunciado esta
prohibición para ese mismo año, mientras que
Alemania pretende hacerlo en 2030.
Ahora bien, ¿con qué nos moveremos entonces?
Por un lado tenemos los coches propulsados por
gas natural comprimido (GNC) y gas licuado del
petróleo (GLP), que quedarían fuera de esta
prohibición, pero también producen emisiones
directas al producir la energía mediante la
combustión de los gases, y por otro lado los
vehículos propulsados por pila de Hidrógeno (que
también producen energía mediante la combustión
del gas, pero el único gas de escape producido es
vapor de agua) y los propulsados por motores
eléctricos.
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Voy a centrarme en estos últimos, los eléctricos,
que reciben ayudas estatales para su compra y
ventajas en las grandes ciudades. Es obvio que son
el futuro, pero le voy a hacer una pregunta: ¿No
deberíamos de tener una infraestructura adecuada
a ellos antes de promover su venta?
Hoy en día en el parque móvil eléctrico español
está formado por unos 23.000 vehículos, y hay
estudios que dicen que en 2020 habrá unos
110.000. Si sigue creciendo su compra pero no
mejoramos la red eléctrica, de poco servirán las
políticas que se llevan a cabo para incentivar su
demanda si no pueden circular.
A día de hoy, la centrales térmicas españolas
producen cerca de un tercio de nuestra energía
eléctrica, y un 68% de ellas son centrales térmicas
de carbón, por lo que desde aquí le propongo al
gobierno que si lo que realmente quiere es reducir
las emisiones, empiece por sustituir estas centrales
térmicas por otras renovables, y que si quiere
prolifere el uso del coche eléctrico, que mejore la
red, no solo para producir más energía, sino para
evitar caídas y demás problemas.
¿Se imagina no poder ir a trabajar un día porque su
coche no ha podido cargarse por la noche debido a
un problema energético? Para hacer esto se
necesita tiempo, dinero y acuerdo entre nuestros
políticos, ya que debe de crearse un plan que no
varíe cada cuatro años, por lo que debe ser un
objetivo a largo plazo. Por ello argumento que para
reducir las emisiones a corto plazo hay que renovar
nuestro parque automovilístico, ya que los coches
más nuevos, sean gasolina o diésel, producen
menos emisiones que los de hace 10 y 20 años
(recordemos que el 62% de los automóviles
españoles tiene más de diez años).
A medio plazo la solución se halla en los vehículos
híbridos, que gracias a sus motores eléctricos
consumen menos combustible, por lo que
producen menos emisiones y son más baratos que
los eléctricos. Nuestros gobernantes deberían tener
en cuenta estos datos y tomar decisiones conforme
a ellos.
Álvaro Sendino García