Es muy preocupante la práctica por parte de las empresas de la contabilidad creativa, tal y como
hemos visto. Al final, siempre salen perjudicados los pequeños inversores que a raíz de unas cuentas
que reflejan unos estados engañosos, deciden dejar su dinero y luego obtienen pérdidas a cambio de
dicha confianza.
Haciendo mención, y como colofón a este artículo en el caso Pescanova, el uno de marzo de dos mil
trece presentó el concurso de acreedores. Sin embargo, hasta febrero de ese mismo año, los analistas
recomendaban la compra de acciones de Pescanova. Como otro dato, indicar que, en la fecha de la
presentación del concurso de acreedores, Pescanova presentaba en sus últimas cuentas disponibles un
endeudamiento de 1.600 millones de euros, mientras que ese mismo dato según la información del
Banco de España, era de 2.500 millones de euros ¿Qué pasó con la diferencia? Ya por último, se
conoce entre el 11/12 de marzo de 2013, que el ex consejero delegado de la mercantil, vendió días
antes unas 195.000 acciones días antes de la declaración del concurso de acreedores.