March 2018
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Tendencias y retos en la calidad de la educación superior
La primera tendencia a la que se refiere es la demanda creciente de estudiantes, lo que ha provocado la diversificación de las ofertas educativas; esto podría explicar una de las características de la educación superior en América Latina que menciona Brunner (2010) y es el crecimiento explosivo de la educación superior privada.
La siguiente tendencia señalada por Luengo (2003), es un nuevo esquema de financiamiento, lo que ha representado alteraciones entre las relaciones de educación superior pública y los entes gubernamentales. Éste se considera un aspecto que trae consecuencias para la educación superior a nivel mundial y afecta las condiciones para el estudio y la investigación, lo que se ha originado por los altos costos de la educación superior, porque la disponibilidad de recursos públicos está decreciendo, al igual que los subsidios del gobierno a las instituciones educativas, acompañado en algunas ocasiones por el uso ineficiente de los recursos por parte de dichas instituciones.
Una tercera tendencia según Luengo, son los sistemas de evaluación, acreditación y rendición de cuentas, ligados al financiamiento. La presión generada por la demanda trae una necesidad de expansión de la educación superior, lo que se ha visto reflejado en la falta de calidad de los servicios educativos. De ahí la necesidad de crear indicadores, estrategias, políticas, procedimientos y la búsqueda de certificaciones por entidades autorizadas, no sólo para mejorar la educación, sino la investigación y la respuesta a los requerimientos del mercado laboral.
La evaluación de la calidad de las instituciones y el aseguramiento de la calidad de la educación superior son un requerimiento esencial de los países en la economía del conocimiento. El punto central que se propone en esta discusión es que en la economía del conocimiento, la calidad de la educación superior y, principalmente, la educación universitaria, requiere evaluación permanente, sistemática e ininterrumpida. (Ponce & Quiroz, 2009)
En este sentido Van Damme (2002) plantea ciertos modelos, producto de las tendencias en calidad de la educación superior. A esta propensión de los sistemas de evaluación se aplicarían su tercer y cuarto modelo: el tercero tiene como objetivo la validación y acreditación de los sistemas de aseguramiento de calidad, lo que podría dar como resultado un reconocimiento formal o certificación; y el cuarto hace referencia a las garantías de calidad y acuerdos de acreditación internacionales. La última tendencia a la que hace referencia Luengo (2003) es: El tema de la reforma de los contenidos que le permitan a los egresados universitarios mayores oportunidades en su inserción al mercado de trabajo, lo que ha conducido a dos rutas: la especialización del conocimiento dada su acelerada producción y refinamiento, y el surgimiento de nuevos campos interdisciplinares y multidisciplinares –campos de estudio sobre el medio ambiente, la paz, las mujeres, la pobreza, son un ejemplo–. Por otra parte, los rápidos cambios en las tecnologías productivas, la transformación de la naturaleza del trabajo y la creación de nuevas categorías de empelo, han acrecentado las necesidades educativas de este sector..