Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 1114
to les faltan las fuerzas o el coraje. Con la juventud primera viene la
completa independencia y la desocupación.
Aquí principia la vida pública, diré, del gaucho, pues que su educación está ya terminada. Es preciso ver a estos españoles por el
idioma únicamente y por las confusas religiosas que conservan,
para saber apreciar los caracteres indómitos y altivos que nacen de
esta lucha del hombre aislado con la naturaleza salvaje, del racional
con el bruto; es preciso ver estas caras cerradas de barbas, estos
semblantes graves y serios, como los de los árabes asiáticos, para
juzgar del compasivo desdén que les inspira la vista del hombre sedentario de las ciudades, que puede haber leído muchos libros, pero
que no sabe aterrar un toro bravío y darle muerte; que no sabrá proveerse de caballo a campo abierto, a pie y sin el auxilio de nadie; que
nunca ha parado un tigre, y recibídolo con el puñal en una mano y
el poncho envuelto en la otra para meterle en la boca, mientras le
traspasa el corazón y lo deja tendido a sus pies. Este hábito de
triunfar de las resistencias, de mostrarse siempre superior a la naturaleza, desafiarla y vencerla, desenvuelve prodigiosamente el sentimiento de la importancia individual y de la superioridad. Los argentinos, de cualquier clase que sean, civilizados o ignorantes, tienen una alta conciencia de su valer como nación; todos los demás
pueblos americanos les echan en cara esta vanidad, y se muestran
ofendidos de su presunción y arrogancia. Creo que el cargo no es
del todo infundado, y no me pesa de ello. ¡Ay del pueblo que no tie ne fe en sí mismo! ¡Para ése no se han hecho las grandes cosas!
¿Cuánto no habrá podido contribuir a la independencia de una parte de la América la arrogancia de estos gauchos argentinos que
nada han visto bajo el sol, mejor que ellos, ni el hombre sabio ni el
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Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas