Quinto mes: Estoy escuchando el exterior de mi casita, sonidos que vienen desde afuera. Me muevo mucho en mi casita y mi mami sabe cuándo duermo o cuando no.
Sexto mes: ¡Tengo pelo! Mis proporciones del cuerpo empiezan a igualarse en relación con mi cabeza. Soy muy dinámico con todos los estímulos que recibo desde afuera de mi casita.
Séptimo mes: Estoy tan grande que mi mami tiene que ir muchas veces al baño. Además, mi cuerpo está tomando color; ya casi no logro moverme dentro de mi casa, tengo muy poco espacio acá dentro.
Octavo mes: Estoy creciendo muy rápido, ¡Ya quiero salir! Quiero conocer cuáles son esos sonidos y olores que ahora puedo percibir.
Noveno mes: No me puedo mover mucho en mi casita, así que me posiciono de una manera que me facilite la salida (que será pronto). Mi piel es mucho más suave que antes y ya no soy de color rojo, tengo uñas y respiro con mucha facilidad ya que mis pulmones se encuentran totalmente desarrollados.