Aprenda A Mejorar Su Autoestima
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Cuando el padre de Santiago, se emborrachaba, lo cual sucedía con frecuencia, les daba una paliza a Santiago y a su madre. Esto hizo que Santiago sintiera, a una edad temprana, que era " malo ". Después de todo, debía haber hecho algo muy malo para que su padre siempre lo golpeara.
Tomás se crió como hija única cuyos padres eran mayores de 40 años cuando ella nació. Ella fue una gran sorpresa. Los padres de Tomás le dieron todo lo que ella podría desear. Por desgracia le dieron todo, menos la oportunidad de crecer como una niña normal. Cuando otras niñas estaban jugando, Tomás tenía que estar adentro con sus padres porque podría " resfriarse ". La madre de Tomás fue tan sobre protectora y controladora que incluso lavaba el cabello de Tomás en la pileta hasta que la niña tuvo 12 años. Su razonamiento era que ella quería asegurarse de que Tomás tuviera el cabello limpio y consideraba que era una tarea demasiado difícil para Tomás la hiciera.
Cuando Santiago fue a la escuela, comenzó a causar problemas. El acosaba a otros niños para descargar su agresividad en ellos. Volvía a su casa y luego se convertía en el saco de boxeo de su padre. En la escuela no era muy querido, pero era temido. Aunque Santiago solía asociar esto con la admiración.
Otros niños no se preocupaban por Santiago y, a menudo se reían de sus chistes cuando se burlaba de otro niño. Esto era así sólo porque se alegraban de que no se metiera con ellos.
Tomás tuvo momentos muy difíciles en la escuela. Los demás niños parecían extraterrestres para ella, ya que ella estaba acostumbrada a estar rodeada siempre de adultos. Dado que en realidad ella nunca tuvo que depender de sí misma para nada, fue totalmente incapaz de defenderse de otros niños que fueron los bravucones.
No pasó mucho tiempo antes de que Tomás se convirtiera en el paria de la escuela. Se convirtió en el objetivo natural de los bravucones que preferían meterse con ella que con alguien que les devolviera el golpe. Tomás carecía en absoluto de la confianza necesaria para defenderse por sí misma. Y cuanto más ignoraba a los bravucones, deseando que se fueran, peor se ponía.
Luego estaba Patricio. Patricio venía de un hogar decente con dos padres que lo amaban, pero que también le habían dado ciertas responsa-bilidades apropiadas a su edad.
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