Concurso de Cuentos Infantiles: Del Papel a la Radio Volumen 1 | Page 3

en vez de tirar la lámpara a un río para que otra persona la encuentre, decidió que si ella no podía tener los deseos nadie más podría tenerlos y guardó la lámpara en el sótano. Yo le pregunté: - - ¿Por qué cuando mi hermana la frotó, no apareciste para concederle los deseos? -Lili respondió: - Una de las muchísimas condiciones del reglamento de los deseos era que todo portador de la lámpara debía ser mayor de 18 años. - Luego, la genio, nos contó que sabía cómo podíamos salir porque era “la genio de la lámpara”. Le agradecimos nos ayudó a salir. Cuando salimos, Mel volvió a ser mi pequeña hermanita y estábamos en el mismo día y la misma hora en que nos habíamos ido. Al otro día, fuimos a un río y arrojamos la lámpara para que otra persona la encuentre y luego, otra, y así sucesivamente, como debe ser el ciclo. FIN