Reportaje
Con-tacto
últimas fechas se han revelado a cuentagotas, informaciones sobre la nueva generación de videoconsolas para el hogar, específicamente las de Sony y Microsoft. Pero ¿qué es lo que traen debajo de ese diseño snob minimalista? La apuesta de Microsoft es convertir su Xbox One en un centro multimedia en donde el rey es el contenido, llámese películas, música, programas de tv, etc. Y sí, señoras y señores, los juegos van al último, casi colándose en ese cocktail variopinto de experiencias audiovisuales de previo pago. Microsoft ha tomado una estrategia de comunicación poco ortodoxa en donde poco a poco devela características de su Xbox One -las cuales por cierto han sido mal recibidas- y a partir de las reacciones causadas las han ido cambiando o eliminando. Claro ejemplo de ello es que, en un principio se informó
que el dispositivo Kinect tendría que estar siempre activado para poder jugar; teniendo abierto el micrófono y la captura de video mirándote y escuchándote. Esas críticas fueron escuchadas y ya no será obligatorio abrir de par en par tu sala de estar, al ojo siempre expectante de la compañía. El problema viene cuando se ha especificado que esta nueva encarnación del aditamento es tan precisa que puede detectar el movimiento de los dedos y, según rumores hasta tu ritmo cardiaco. Otro drawback hace su aparición al declarar, vía fuentes oficiales de los de Redmond, que la One, no será retrocompatible, en otras palabras no podrás jugar tus juegos de 360 en ella. Mal. Pero, ¿está todo perdido para el geek que disfruta de las partidas on-line de tiempo indefinido en la oscuridad de su habitación? Sony parece salvar el día con su PS4, que de primera instancia parece menos invasivo
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Septiembre 2013