Ho passato 8 anni ad Anosibe An’Ala. Là ho costruito una sala parrocchiale e una casa per i catechisti, un edificio di 30 metri. Visto questo successo edilizio i superiori mi hanno chiamato a dirigere la costruzione del Tempio alla Trinità a Moramanga.
Nel 1981 fui chiamato nella Capitale come Superiore, Delegato Generale e Maestro dei giovani chierici. Ma, appena due anni dopo, sono stato coinvolto a operare nelle carceri di Antananarivo come cappellano.
Nei primi tempi la mia azione era solo a carattere religioso e spirituale. Negli ultimi anni abbiamo lavorato nel campo giuridico a difesa dei diritti umani, tanto che sono stato fatto membro della prima Commissione nazionale dei diritti umani del Madagascar, unico non malgascio.
L’attività delle carceri, che proprio non pensavo di fare, mi ha preso più di tutto, non per bravura mia, ma perché un insieme di circostanze e di persone provvidenziali che si sono associate a collaborare, hanno fatto sviluppare un organismo multifunzionale l’ACP (Aumônerie Catholic des Prisons) a favore dei carcerati, delle loro famiglie, specialmente dei figli e dei ex detenuti, ecc.
Confrontando l’opera sorta e le mie limitate capacità ho capito il grande Amore di Dio-Trinità per la sofferenza disumana, atroce, ingiusta a cui erano sottoposte tante persone che per la maggior parte avevano la sola colpa di essere poveri. Un’opera carismatica trinitaria riconosciuta da tutti i vescovi locali.
...El Personaje
3. ¿Cómo animarías a un joven a escuchar su vocación?
Creo que el estilo de vida, la experiencia comunitaria, el encuentro con el Señor y las opciones carismáticas son hoy la mejor carta de presentación, para despertar, animar y acompañar a los jóvenes en su proceso vocacional. La vivencia de lo cotidiano, la cercanía, la Caridad Pastoral, la pasión por la redención, la cercanía con el Cautivo de hoy (aquellos a quien nadie llega) la palabra profética desde la Casa de la Trinidad, comunidad de puertas abiertas, andando en Familia Trinitaria, son los caminos validos y actuales para que un joven se entusiasme a seguir al Señor en la Vida Consagrada y Trinitaria. Si no encuentra esto en nosotros, pasará de largo o golpeará otra puerta, donde se encuentre con religiosos y religiosas que traten de vivir lo que anuncian, enamorados del Señor, con alegría, sencillez y desprendimiento. Que nos vean felices y enamorados de Dios y de los Hermanos con quienes compartimos la vida. Que nos queremos y nos apasionamos por el Reino y su justicia. Y no tener miedo de invitar y provocar la vocación especifica a la consagración definitiva como Trinitario/a.
1. ¿Cómo conociste a los trinitarios y porqué
te decidiste a hacerte religioso trinitario?
Esto viene ya de mis abuelos y padres, que han estado siempre en contacto con los religiosos trinitarios en Dalmasio Vélez y en Hernando, Provincia de Córdoba, Argentina. Así que parte de mi vocación se la debo a mis Padres que me iniciaron en el camino de la fe y la experiencia trinitaria. Yo seguí en esa relación en la Parroquia y en el grupo juvenil y las distintas pastorales que compartía en la comunidad, junto también a las Religiosas Trinitarias de Valencia. Tuve que discernir entre el Clero de la Diócesis de Villa María y los Trinitarios, ya que mi trabajo Pastoral lo realizaba con ambos. Mi búsqueda y seguimiento fue claro al final y termine con los Trinitarios. Siempre me llamó la atención la experiencia comunitaria y su compromiso redentor, su estilo de vida sencillo y cercano al pueblo y la gran apertura a los jóvenes y con un fuerte compromiso social.
2. Durante este tiempo como trinitario, ¿qué misiones has realizado?
Desde mi proceso de formación inicial, los formadores me han confrontado con todas las pastorales: ancianos, enfermos, personas en situación de calle y liberados, trabajo en Villa María con las Religiosas Trinitarias de Valencia, Pastoral Juvenil, Vocacional y Misiones. Después seguí en la pastoral juvenil, Caritas y proyectos sociales, catequesis familiar y de confirmación y Misiones. También acompañamiento a la Fundación Familia Trinitaria; capellán de la cárcel y pastoral penitenciaria. Por otra parte, también he estado encargado del proceso de formación inicial acompañando a los juniores. En todos los lugares a donde la comunidad me ha enviado agradezco el haber compartido el Carisma Trinitario-Redentor en Familia, con el Laicado y las Religiosas Trinitarias (Valencia, Mallorca, Contemplativas y Madrid). Mucho he aprendido de ellas tanto en el acompañamiento espiritual como en el trabajo Pastoral. Como así también agradezco a los religiosos que Dios puso en mi camino, testigos fieles de su consagración, y aquellos laicos que nos interpelan constantemente con su testimonio y entrega generosa.
P. José Miguel Marengo
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