Comunion Revista Comunion nº 09 - 2012 | Page 10

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Hermanas cualificadas para ayudaros en los procesos de discernimiento y formación, por favor, no dudéis en buscar religiosos o sacerdotes que puedan cooperar en esta importante tarea. Los temas de formación humana e intelectual, de la vida comunitaria, de la oración y contemplación son significativas áreas de consideración en el campo de la formación.

Ya que estamos hablando de las vocaciones, me gustaría dirigir vuestra atención al tema de las candidatas internacionales. El objetivo de llenar el monasterio con hermanas y la conservación del convento no deben ser las únicas consideraciones decisivas para recibir vocaciones extranjeras. Utilizad todos los medios disponibles para determinar la calidad y la idoneidad de las vocaciones, en especial de las que provienen de otros países, y no entusiasméis a las jóvenes con motivaciones económicas para ayudar a sus familias. Deben estar bien preparadas cultural y lingüísticamente, y la comunidad receptora también debe prepararse con una mayor apertura y comprensión de la mentalidad y cultura de las candidatas. De otro modo, podrían venir sufrimientos e incomprensiones innecesarios para ambas partes. Es necesario aclarar a las candidatas extranjeras que se disponen a comenzar la vida contemplativa y todo lo ella supone.

Después de hablar de la importancia de la formación inicial, no podemos pasar por alto la trascendencia de la formación permanente. Todos debemos vigilar las áreas de nuestra vida espiritual y fraterna, actualizadas convenientemente con los avances teológicos, eclesiales y religiosos. Nuestras religiosas mayores están en la posición idónea para transmitir su experiencia y sabiduría a las religiosas más jóvenes. Cuando disminuye la energía física debido a la edad avanzada, nuestra fuerza interior, el fervor y la fe deben mantenerse para ser un eficaz testimonio para las religiosas más jóvenes. Para mí, son realmente admirables las Hermanas mayores que han sido fieles a su compromiso en la vida contemplativa a lo largo de muchos años. Que el Señor os recompense abundantemente por vuestra fidelidad y vida ejemplar.

Siento gran alegría al observar los aspectos positivos de la Federación de las Hermanas Trinitarias Contemplativas, en especial la colaboración y cooperación entre ellas. Agradezco a la Madre Federal y a su Consejo por su servicio comprometido a la Federación, sobre todo en el área de la formación. Al mismo tiempo que las animo a continuar por el camino de la comunión y de la fraternidad, quiero alentaros a todas, pertenezcáis a la Federación o no, a ser aun más abiertas y a compartir los bienes materiales y espirituales entre todas las comunidades trinitarias contemplativas. Muchísimas gracias por vuestra comunión con la Familia Trinitaria, sobre todo por vuestra cercanía a la Orden. Vuestras oraciones y sacrificios por la santificación de nuestra Familia son muy estimables. Quiera el Señor que la Familia Trinitaria, religiosos y religiosas, de vida contemplativa o activa, continuemos brillando como ejemplos de caridad y comunión dondequiera que estemos.

Antes de terminar esta carta, permitidme compartir con vosotras el pasaje de la Sagrada Escritura que habla del Cenáculo donde se preparó y celebró la Cena del Señor:

El primer día de los Ázimos, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: “Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?” Él contestó: “Id a la ciudad, a casa de Fulano, y dadle este recado: “El Maestro dice: “Mi hora está cerca y voy a celebrar la Pascua en tu casa”. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la cena de la Pascua. (Mt. 26: 17-19)

Queridas Hermanas: hoy, vuestro monasterio es el Cenáculo que Jesús ha elegido para celebrar la Cena de Pascua. Habéis tenido el privilegio de preparar la Cena de Pascua para Jesús y sus discípulos íntimos contemporáneos. ¡Qué afortunadas sois al ser elegidas de esta manera por el Señor para preparar Su Cena y para comer con Él. Todos vuestros sacrificios y oraciones están dirigidos a hacer posible la misión de Jesús en la tierra. La Iglesia y sus ministros dependen mucho de vuestra preparación y compromiso, de modo que la importante misión de la salvación, encomendada por Jesús su Iglesia, pueda realizarse. El poder de vuestra oración y sacrificio hará fructificar los esfuerzos de la Iglesia. Tomad conciencia del inmenso valor de vuestra vocación y quiera el Dios Trino ser glorificado y que sean devueltas a los cautivos y pobres su libertad y dignidad de hijos de Dios por medio de la oblación de vuestra vida consagrada.

Oremos juntos para que, por intercesión de nuestro santo padre, San Félix de Valois, perseveréis en vuestra preciosa vocación, mientras continuáis contemplando el rostro de Dios, gracias a los constantes raudales de su abundante gracia y amor.

Vuestro Hermano en la Trinidad,

Jose Narlaly, O.SS.T.

Ministro General

They are to be well prepared culturally and linguistically and the receiving community also must be prepared with greater openness and understanding of the mentality and culture of those coming in. Otherwise there could be unnecessary sufferings and misunderstandings for both parties. It must be made clear to those who are coming from outside that they are entering contemplative life and all that it entails.

After having spoken about the importance of initial formation, we cannot ignore the relevance of on-going formation. We all need continued watch of our spiritual and fraternal life, timely updates on theological, ecclesial and religious developments. Our senior religious are in a position to pass on their experience and wisdom to the younger religious. While the physical energy diminishes with the advancement of age, our inner strength, fervor and faith should be maintained, thus giving an effective witness to the younger religious. I really admire the elderly sisters who have been faithful to their commitment to contemplative life for so many years. May God reward you abundantly for your fidelity and exemplary life.

I am happy to see the positive aspects of the Federation of Trinitarian contemplative sisters, especially the collaboration and cooperation among them. I am grateful to the Mother Federal and her Council for their committed service to the federation, especially in the area of formation. While I encourage them to continue in the path of communion and fraternity, I would like to encourage all of you, whether you are part of the Federation or not, to be even more open and sharing among the Trinitarian contemplative communities with both the material and spiritual goods. Thank you very much for your communion with the Trinitarian Family, especially your closeness to the Order. Your prayers and sacrifices for the sanctification of our Family are very much appreciated. May we, the Trinitarians, women and men, contemplative and active, continue to shine as examples of charity and communion wherever we are.

Before I conclude this letter, let me share with you a passage of the Holy Scripture that speaks about the Cenacle where the Lord’s Supper was prepared and celebrated:

On the first day of the Feast of Unleavened Bread, the disciples approached Jesus and said. “Where do you want us to prepare for you to eat the Passover?” He said, “Go into the city to a certain man and tell him, “The teacher says, “My appointed time draws near; in your house I shall celebrate the Passover with my disciples.”’ The disciples then did as Jesus had ordered, and prepared the Passover. (Mt.26:17-19)

My dear sisters, today your house is the Cenacle where Jesus has chosen to celebrate the Passover. You have been privileged to prepare the Passover for Jesus and his intimate disciples of today. How fortunate are you to be so chosen by the Lord to prepare His supper and to dine with Him. All your prayer and sacrifice is aimed at making the mission of Jesus possible on earth. The Church and her ministers depend much upon your preparation and commitment, so that her important mission of salvation, entrusted to her by Jesus, may be accomplished. The power of your prayer and sacrifice will fructify the efforts of the Church. May you recognize the tremendous value of your vocation and may the Triune God be glorified and the captive and the poor be restored to their freedom and to the dignity of God’s children through the oblation of your dedicated life.

Let us pray together that through the intercession of our holy father, St. Felix of Valois, you may persevere in your precious vocation as you sit and contemplate the face of God by the running streams of His abundant mercy and love.

Fraternally yours in the Trinity,

Fr. Jose Narlaly, O.SS.T

(Minister General).