La última semana del año ha traído días muy intensos para la comunidad trinitaria y toda la familia trinitaria de Corea. El martes 27 de diciembre, a las dos de la tarde, comenzaba en el pabellón polideportivo de Masan, sede del equipo de baloncesto de la ciudad, la ceremonia de ordenación de cuatro diáconos y tres presbíteros, entre ellos nuestro hermano Park Jun Cheol Ignacio, único religioso. Casi doscientos sacerdotes concelebrando con el obispo de Masan, al que acompañó un obispo jubilado vietnamita que acaba de llegar a la diócesis para asistir a un grupo de cristianos de su país; y alrededor de dos mil personas, en un pabellón ambientado con pancartas, estandartes, banderas y globos para esta fiesta, porque como tal vivimos el sacramento.
Después de la ordenación, la familia de Park Jun Cheol, tanto la carnal como la trinitaria, cenamos en un restaurante tradicional coreano. La familia trinitaria estaba muy bien representada por la comunidad de religiosos, las trinitarias de Valence de la comunidad de Busan y laicos trinitarios de Masan y Busan, además de voluntarios de la pastoral penitenciaria, en la que está fuertemente implicada toda nuestra comunidad.
Al día siguiente fue la Primera Misa. La comunidad había dispuesto que se celebrara en nuestra casa, así que pronto nos dimos cuenta de que las previsiones obligaban a hacer más espacio. Toda la mañana y gran parte de la tarde la dedicamos a preparar la capilla-salón de la comunidad y la cocina, incluyendo la retransmisión de la celebración hasta la cocina. A pesar de todo, un pequeño grupo se quedó fuera, y está haciendo mucho frío estos días
por aquí, pero nadie se quejó. Haciendo cuentas hemos calculado alrededor de ciento setenta personas. Nuevamente Ignacio estuvo acompañado de su familia, laicos trinitarios de Masan, voluntarios de la pastoral penitenciaria y otros amigos de la comunidad. Concelebraron con él, además de la comunidad, algunos sacerdotes amigos de Ignacio, un monje benedictino de un monasterio cercano y el vicario general de la diócesis, gran amigo de la comunidad trinitaria.
Para esta comunidad, para la Provincia del Espíritu Santo y para toda la Orden, la ordenación de Ignacio es toda una bendición, porque en ella Dios Trinidad nos sigue invitando a ser testigos de su amor en cualquier parte del mundo, y porque la familia trinitaria ha tenido una nueva oportunidad de unir su oración y su misión.
Fr. Pedro Huerta, osst.
Secretario Provincial
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Ordenación sacerdotal en Corea del Sur
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