Pasión; el dilema del fútbol
Alegría, tristeza, gritos y, hasta unión, han sido siempre la razón de ser de uno de los deportes que más mueve multitudes en nuestro país, el fútbol.
Y no es de negar que, en un tiempo atrás, era un atractivo donde las rivalidades se iban para dar paso a la amistad o el compañerismo, donde no importaba el color de la camiseta, sólo interesaba disfrutar de un buen juego. Luego habría tiempo para molestar al rival o ser molestado por él cuando el equipo al que se alienta perdía, pero la amistad siempre quedaba intacta, pese a ello, salían juntos del estadio con la promesa de volver.
Pero ahora no queda nada; la pasión ha cegado la razón. Ya no es nada nuevo escuchar enfrentamiento entre las denominadas barras; es prejuicio apoyar a un equipo, pues el solo hecho de vestir la indumentaria, es una marca para ser considerado enemigo, donde el terreno de combate es amplio, y no sabes en qué parte encontrarás un soldado presto para la lucha.
Pasión, palabra con la que no se justifica el actuar de violencia, donde quizás la restricción de ingreso a estos grupos, fomente una concientización y se pueda llegar a un punto donde la rivalidad no sea por quien es el mejor, si no por quien respeta mejor.( O)