Educación
Aunque no lo crean así como un color, o un perfume, los
trastornos y el cómo clasificarlos se convirtieron en algo
interesante de estudiar por un grupo de personas, por
un período de tiempo en un lugar determinado, es decir,
se convirtieron en moda.
¿No lo creen? , pues basta con incluir un trastorno en el
Manual de Manual de Trastornos Mentales (DSM) para
que se dispare un sinfín de talleres, conferencias,
simposios, debates en torno al tema. Pero ¿cuando
comenzaron a ponerse de moda la clasificación de
trastornos mentales? Pues como nos relata la historia la
primera clasificación de los trastornos psicológicos
proviene de Grecia con Hipócrates, (IV a.C. ) a
quien se ocurrió hacer una distinción entre Manía y
Melancolía, y se mantuvo hasta el Renacimiento a
través de Galeno (I d.C.). Posteriormente Barrough
(1583) introdujo una tercera categoría: la Demencia. Y
en el siglo XVIII a Kant y a Pinel a través de la
Antropología y la Nosología Filosófica, respectivamente,
ampliaron y matizaron la clasificación.
Estos grandes investigadores distinguieron dos clases de
manía (con y sin delirio), conservaron Melancolía y
Demencia y añadieron Idiocia. Pero Linneus, quien fue
un biólogo experto, afinó la clasificación creando unos
géneros de enfermedades: Ideales (Delirio, Amentia,
Manía, Melancolía y Vesania), Imaginarias (Hipocondría,
Fobia, Somnambulismo y Vértigo) y Padecimientos
(Bulimia, Polidipsia, Satiriasis y Erotomanía).
Fueron muchos los que se fueron adicionando a la lista
pero fue Elim Kraepelin, quien obtiene el titulo de el
padre de la clasificación de los trastornos mentales tal
como los consideramos actualmente, él logró agrupar a
aquellos pacientes con sintomatología homogénea que
constituían un síndrome, utilizando las causas orgánicas:
hereditarias, metabólicas, endocrinas, alteraciones
cerebrales. Es por ello que, las clasificaciones actuales
comenzaron sólo por las enfermedades mentales con
causa orgánica. Les invitamos a revisar un excelente
material la Revista de Historia de la Psicología, 2009,
vol. 30, núm. 2-3 (junio-septiembre) Publicacions de la
Universitat de València, y adjuntamos un video en el
cual podrán observar el otro lado de la historia, así
podrán hacer comparaciones y criterios propios en
cuanto al DMS.
3