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La felicidad es una decisión. Solo necesitas cambiar tu mentalidad y concentrarte en lo positivo. Cuando le dices esto a alguien que lucha contra la depresión, esencialmente le estás diciendo que ELIGEN estar tristes ... que están provocando esta depresión en sí mismos. Si fuera tan simple como elegir ser feliz, ¿no crees que lo harían?
No necesitas medicación. A menos que sea médico, NO brinde asesoramiento clínico o médico. Deja eso a los profesionales. Más bien, aliente a alguien que se enfrenta a la depresión a hablar con su médico.
¿Estás deprimido de nuevo? De por si la persona ya tiene miedo de caer en la depresión de nuevo. El sonar molesto con ellos no ayuda.
¿Estás leyendo tu Biblia lo suficiente? ¿Estás rezando lo suficiente? Para alguien que está deprimido, hacerles esta pregunta se siente como si estuvieras diciendo: "Si solo confiaras en Dios más o tuvieras más fe, no estarías deprimido ... de alguna manera sugiriendo que es su culpa que Dios no los haya sanado". Sin embargo, ninguno de nosotros podemos HACER SUFICIENTEMENTE para que Dios actúe como creemos que debería hacerlo. Afortunadamente, el amor y la provisión de Dios no se basan en nuestro desempeño. Los caminos de Dios son más sabios que los nuestros y nos ama. Y aunque Dios elimina algunas luchas de inmediato, nos permite caminar a través de otras. Aunque no podamos entenderlo, Él tiene un propósito en todas las cosas.