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EDITORIAL
Los composites son los materiales idóneos
para la construcción del siglo XXI
Cuando mi padre tuvo por primera vez en sus manos una barra corrugada gris, fabricada en composites pultruídos, me preguntó, ¿y ésto, dónde se vende?.
Los composites presentan infinidad de ventajas en el sector de la construcción. Algunas de ellas evidentes a simple vista, como su ligereza o conductividad térmica, tan inferiores a las del acero y otros metales que los convierten en materiales únicos. Con únicamente sostener por un instante una varilla de fibra de vidrio, un experto en construcción aprecia los beneficios en el uso de estos materiales.
Entre sus propiedades de interés en construcción están su alta resistencia química, a la corrosión y a agentes ambientales, que otorga larga vida útil a las piezas de composite y bajo coste de mantenimiento.
Otra ventaja distintiva es su idónea relación peso-resistencia, que junto a la posibilidad de disposición específica para soportar esfuerzos los convierte en materiales ideales para aplicación estructural.
Su grado de flexibilidad para moldearlos sin casi restricciones en tamaño, formas, color y acabado, es valorado por arquitectos.
Existen distintos tipos de materiales compuestos y en función del refuerzo, core, matriz, etc. presentan unas propiedades u otras de impacto, compresión, tracción, elongación a rotura, flexión, coeficiente de dilatación/expansión térmica, aislamiento, etc.
Tras más de una década de aquel momento, edito este magazine, cuando todavía los composites continúan siendo vanguardistas. Y la dedico a quienes usan los materiales y conocen la construcción desde la base: a los aparejadores, constructores, albañiles y en especial a Félix Abril, mi padre.