Como los pobres derrotaron Sendero Luminoso ILD-Como-Peru-vencio-el-terrorismo | Page 16
16 FORMALIZAR PARA CRECER Y VIVIR SEGUROS
rápido de los campesinos a la propiedad formal —junto
con la capacidad resultante para garantizar el acceso al
crédito y a la empresa, al comercio exterior y la parti-
cipación en la formación de precios— eran “parte del
esfuerzo por el control de la población y los recursos en
la guerra de baja intensidad, para movilizar a las masas
para sus planes de pacificación... O sea los hombres y
las armas los pone la masa, ellos no ponen nada”. Ad-
mitió que ”el problema puede expresarse en términos
de un punto de inflexión ... han tomado algunas áreas y
nos han sacado de ellas”.
Expulsado del campo, sus fuerzas huyendo y rindién-
dose, Guzmán trató de organizar lo poco que le que-
daba de efectivos para detonar grandes cantidades de
explosivos en Lima. Su intención ya no era conquistar
el poder territorialmente sino ir desmoralizando al Es-
tado. Pero SL encontró que los informales de Lima se
resistían a unirse a estas organizaciones pues estaban
siendo re-categorizados a través de las nuevas políticas
de formalización.
La violencia de SL no cesó inmediatamente, siguieron
cayendo campesinos y mineros populares. Mis colegas y
yo fuimos atacados varias veces, la última con una bom-
ba de más de 300 kilos de dinamita y ANFO que dejó
varios muertos y heridos, pero la mayoría de nosotros
salimos ilesos.
Oficinas del ILD destruidas.
Automóvil de Hernando de Soto acribillado. Fuente: revista Caretas.
Lo que no comprendemos hasta ahora es que los cam-
pesinos y mineros populares que nos salvaron de la pe-
sadilla de una dictadura senderista y pagaron por ello
decenas de miles de vidas, nunca hayan sido reconoci-
dos. Durante toda la década del 90 no se ha levantado
ni un museo, una estatua, un muro de lamentaciones
para honrar a lo que constituye hasta el día de hoy la
más grande reserva militar del Perú contra la violencia.
Y no es sólo para agradecerles, o para rescatar el honor
de los militares que murieron por nosotros, o para re-
cordar aquellos uniformados que se dieron cuenta que
la violencia no es un problema policial o militar sino
esencialmente político; es importante no olvidar la
gesta heróica de los campesinos para que no se vuelva
a interrumpir, derramando sangre, la marcha hacia la
industrialización pacífica del Perú, buscando consensos
para resolver los grandes conflictos que necesariamente
produce el crecimiento desigual.
Castigando al ILD. Los asesinados recibiendo los santos oleos por un
padre franciscano. Fuente: La República.