Como agua para chocolate
Laura Esquivel
Torrejas de natas
X. Octubre
INGREDIENTES:
1 taza de natas
6 huevos
Canela
Almíbar
Manera de hacerse:
Se toman los huevos, se parten y se les separan las claras. Las seis yemas se revuelven
con la taza de natas. Se baten estos ingredientes hasta que se torne ralo el batido. Entonces
se vierten sobre una cazuela previamente untada con manteca. Esta mezcla, dentro de la
tartera, no debe sobrepasar un dedo de altura. Se pone sobre la horquilla, a fuego muy bajo,
y se deja cuajar.
Tita estaba preparando estas torrejas a petición expresa de Gertrudis, pues era su postre
favorito. Tenía mucho tiempo de no comerlo y quería hacerlo antes de dejar el rancho, al día
siguiente. Había pasado en casa sólo una semana, pero esto era mucho más de lo que había
planeado. Mientras Gertrudis untaba la cazuela donde Tita vaciaría las natas batidas, no
paraba de hablar. Tenía tantas cosas que contarle que ni con un mes hablando día y noche
podría agotar su conversación. Tita la escuchaba con gran interés. Es más, le daba temor
que dejara de hacerlo, pues entonces le tocaría el turno a ella. Sabía que sólo le quedaba el
día de hoy para contarle a Gertrudis su problema y, aunque se moría de ganas de
desahogarse con su hermana, tenía resquemores en cuanto a la actitud que ésta tomaría con
ella.
La estancia de Gertrudis y su tropa en la casa, en lugar de agobiar de trabajo a Tita, le
había proporcionado una enorme paz.
Con tanta gente por toda la casa y los patios, era imposible conversar con Pedro, ya no se
diga encontrarse con él en el cuarto obscuro. Esto tranquilizaba a Tita, pues aún no estaba
preparada para hablar con él. Antes de hacerlo quería analizar bien las posibles soluciones
que tenía el problema de su embarazo, y tomar una determinación. Por un lado estaban ella
y Pedro y, por otro, estaba su hermana en total desventaja. Rosaura no tenía carácter, le
importaba mucho aparentar en la sociedad, seguía gorda y pestilente, pues ni con el remedio
que Tita le dio pudo aminorar su intenso problema. ¿Qué pasaría si Pedro la abandonaba por
ella? ¿Qué tanto le afectaría a Rosaura? ¿Qué sería de Esperanza?
-Ya te aburrí con mi plática, ¿verdad?
-Claro que no Gertrudis, ¿por qué dices eso?
-Nada más porque te veo con la mirada perdida desde hace un rato. Dime, ¿qué es lo que
te pasa? Se trata de Pedro, ¿verdad?
-Sí.
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