Como agua para chocolate
Laura Esquivel
el pretexto de poder volver a ver y abrazar a Pedro. Inmediatamente después, se retiró
bruscamente. Pedro no se merecía el que lo quisiera tanto. Había mostrado debilidad al irse
lejos de ella y eso no se lo perdonaba.
John tomó a Tita de la mano durante el regreso al rancho, y Tita a su vez, lo tomó del
brazo enfatizando que entre ellos había algo más que amistad. Quería provocarle a Pedro los
mismos dolores que ella siempre había sentido al verlo al lado de su hermana.
Pedro los observó con los ojos entrecerrados. No le gustaba nada la familiaridad con la que
John se acercaba y con la que Tita le hablaba al oído. ¿Qué era lo que estaba pasando? Tita
le pertenecía y no iba a permitir que se la quitaran. Mucho menos ahora que había
desaparecido el mayor impedimento para su unión: Mamá Elena.
Continuará...
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Champandongo
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