Miércoles 26 de marzo
Son las 5 de la mañana. Un grupo de personas, de lo más
variopinto, se encuentran en el hall del aeropuerto. Son muchos
pero sólo cuatro van a viajar: dos jovencitas de doce años y dos
profesores. Pese a las tempranas horas del día todos están muy
despiertos, pues los nervios y la ilusión ante el viaje ganan a
cualquier otro sentimiento o sensación. Paola, Sandra, Amelia y
Javier empiezan su aventura Comenius.
Todavía tienen por delante dos vuelos, pasando por dos países
diferentes, y un tren antes de llegar a Mullingar, en Irlanda.
Paola y Sandra no paran de hablar, de investigar todo, de
preguntar. Javier habla a ratos, les pone una película y les
examina de nivel de inglés. Amelia duerme en los dos vuelos,
porque sabe lo agotadores que van a ser los cinco días de
experiencia Comenius.
En París, son Paola y Sandra las que nos dirigen por el
complicado aeropuerto, haciéndonos llegar puntuales al vuelo.
En Dublín, una furgoneta nos espera para llevarnos a la estación
central de trenes. Es entonces cuando tomamos nuestra primera
comida irlandesa: jacked potato. Yummy!!
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