INSATISFACCIÓN,
iNSEGURIDAD y
ANSIEDAD
Autoconocimiento
‰ La insatisfacción puede rondarnos a todos en un momento u otro de la vida, pero a veces se convierte en una compa-ñera casi inseparable.
Algunas personas parece que nunca terminan de sentirse satisfechas con nada. Por más que la vida les sonría en muchos aspectos, nunca tienen bastante, siempre les falta o sienten que fallan en algo. En vez de encontrar el regocijo en aquello que han logrado, siguen pensando en todo lo que les queda por recorrer y en lo que no tienen (o tienen los demás y ellos no). Pueden fijarse objetivos inalcanzables, con lo que siempre estarán ocupados detrás de metas inventadas, y así endeudados en multitud de aspectos.
Son los eternos insatisfechos, los gran-des inseguros, uno de los más inquie-tantes misterios que rodean la vida humana; aquellos atrapados por la envidia, por un sentimiento de incapacidad, por la búsqueda desesperada de aprecio o reconocimiento; o quejándose por lo mal que les trata la vida, a la que obviamente consideran INJUSTA. Resulta evidente que bajo esta máscara perceptiva, lo que se pierde (o no se encuentra nunca) es el DISFRUTE.
El equilibrio,
la suficiencia,
la responsabilidad
Todo esto es provocado por el ego, una herramienta útil pero que suele repetir y repetir que "tenés que ser MÁS… algo”.
Superar la insatisfacción crónica requie-re aprender a hallar el equilibrio, el justo medio entre el afán de superación y la ambición desmedida, la búsqueda de aprobación a cualquier precio, el apego a la fama, el estatus o los bienes materiales.
Nadie puede hacer suya la frase de Walt Whitman "soy suficiente como soy” si no desarrolla una buena seguridad en sí mismo. Eso implica aprender a valorarse y a liberarse de trampas como la propia envidia, la duda y la queja patológica, el afán de control y el perfeccionismo rayano en la obsesión.
Llega un momento en que hay que dejar de quejarse y hacerse RESPONSABLE DE LO QUE NOS SUCEDE.
Es esencial desarrollar la gratitud por todas las cualidades que se tienen y todas las ayudas que se han recibido a lo largo de la vida. Cuando una persona comienza a preocuparse demasiado acerca de sus problemas, sean reales o imaginarios, la ansiedad lo domina. Todo está conectado.
La ansiedad consciente refleja nuestro miedo inconsciente de ser incapaces de estar a la altura de lo que la vida nos depara. La tensión y la presión son los síntomas de la ansiedad. Se produce ansiedad cuando se vive aferrado al futuro, a lo que vendrá, a lo que sucederá. Al re-conectar con nuestra espiritualidad nos vamos despi-diendo de varias ilusiones que generan ansiedad, y con esto la vamos disminu-yendo.
¿Cómo reconectar con la espiritualidad o el camino de la consciencia?
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