Reflexión
Mucho antes de haber sido concebidos fuimos parte de un tejido familiar que nos albergó y nos creó a partir de sus deseos y sentires. Fuimos parte de una fantasía creadora que nos fue moldeando para convertirnos en lo que somos.
Para dar creación a nuestra esencia han confluido historias, vínculos, sentimientos, emociones, decisiones… hemos sido creados por las manos de nuestros ancestros, somos el resultado de la imaginación de quienes nos pensaron en algún momento.
De esta forma nacemos cargados con una historia que nos aloja en un determinado “papel”, tal y como si fuera una obra de teatro donde nos dieran un libreto para interpretar. Cualquier guion puede ser el nuestro: ser un Rey o una Reina, la amada, el odiado, el enamorado, el vagabundo, el enfermo que padece, el mendigo que siempre espera de otros, el salvador, el tonto, el bufón, el asesino, la viuda, la solterona, la virgen, el eterno niño que acompaña a su padre, entre tantas mascaras que quien sabe existirán… este primer papel nos sirve para salir a la vida, esa mascara nos identifica con el circulo familiar y con lo que se espera que seamos, aceptamos lo que nos “proponen” ser… jugamos el juego que se espera que juguemos.
Ahora… ¿Realmente somos eso? Una mascara, una pieza de un rompecabezas, ¿Coincide nuestra esencia con lo que nos han propuesto ser?
Aquí penetran las mas maravillosas encrucijadas entre Ser y No ser… ¿Me quedo con el papel que me ha sido otor-
gado o me animo y me pregunto: ¿Cuál es mi verdadero camino?
Muy pocos se animan a aventurarse en búsqueda de su papel real, de ese rol o roles que ha sido otorgado por la finitud del Universo. Muy pocos se animan a preguntarse, cuestionarse y vivir la incógnita que lleva a saber de verdad quienes somos.
Tal vez por comodidad vivimos con las mascaras que nos han entregado y reproducimos el guion que esperan ver de nosotros. Pienso que también por miedo no nos animamos a vivir nuestra esencia. Esto es porque la mayoría de la veces la libertad de ser no coincide con las mascaras que nos han sido dispuestas.
Es hora de preguntarse: ¿Me animo a conquistar mi ser? ¿Me animo a vivir como lo que de verdad soy? ¿ Me animo a experimentar mis sentimientos mas profundos, darles lugar para que surjan y hacerlos vida? O prefiero encarnar un personaje ficticio que tiene mas que ver con aspiraciones ajenas,que conmigo?
Te aliento a que Abras la puerta para despertar, de esta forma empezaras a vivir y transitar tu verdadera esencia, aquella por la cual vibras y te emocionas. Anímate a desenmascarar tus mascaras y encontrarte con tu verdadero ser.
Sé el constructor de tu camino. El hablador de tus palabras. El ideador de tus ideas. El pensador de tus pensamientos. Pues solo tú sientes tu corazón y puedes descifrar su voz. ■
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MÁSCARAS
QUE ENMASCARAN