refrendo del público. Tuve la oportunidad de formarme en una Banda de Música y beber de la afición de músicos que estudian, ensayan y tocan por pura vocación. Las bandas son conjuntos en los que se aprende a esforzarse por conseguir un todo, ya que una obra instrumental es un mensaje cuyo vehículo es un lenguaje fraccionado que necesita del resto para ser entendido. Son imprescindibles los individuos pero, al final, ese mensaje llega y emociona si todos los elementos se complementan en una coordinación milimétrica, hermosa y gratificante. En un grupo instrumental toma sentido la participación en grupo y se vuelve necesaria la consideración y respeto a los otros. La banda de música es una buena escuela de formación humana y cívica.
Las bandas de música son el crisol de un natural mestizaje humano, cultural y artístico que se abre paso pese a los obstáculos, los recortes, el desconocimiento, la incomprensión secular de algunas administraciones y, a veces, hasta el desprecio y el olvido. Por suerte, hay aún muchos ayuntamientos y corporaciones que las apoyan y ayudan a extender el mensaje de la música con dedicación y ahínco.
En las bandas no profesionales se mezclan, sin rubor ni conflicto, estudiosos, profesionales de conservatorios y profesores, con aficionados que comparten la música con otros oficios, sin que ello suponga conflicto social, profesional y/o artístico.
En el Gran Concierto “A TODA BANDA” que vamos organizando por diferentes ciudades de España, las bandas de música profesionales se unen y muestran la vigencia, conjunción, la emoción y la musicalidad de estas formaciones, poco reconocidas, pero grandes, por mantener al gran público informado y sensibilizado con el gran repertorio universal de música, de buena música, con la que hacen felices a millones de personas en las grandes ciudades, en las pequeñas, en los pueblos y demás lugares… Las bandas esparcen soplos de sonido, de sensibilidad, de belleza, en las alas de la música, que es lo más puro que transporta el aire.
Maribel: Hasta donde nos puedas contar, ¿qué proyectos hay en el horizonte?
L.C. - Se está creando la Beverly Hills Symphony Orchestra y me han invitado a dirigirla en Los Ángeles. Además tengo terminada la composición de una serie de televisión sobre bandoleros que se está rodando. También tengo dos ofertas de series de televisión que he aceptado hacer.
Hay algunos conciertos contratados para dirigir el concierto “Va por México” que tendremos que adaptar a fechas, y otras invitaciones para dirigir orquestas en Rumanía, Italia, México y Estados Unidos. Y, por último hasta hoy, tengo una propuesta de componer un musical que estoy meditando porque es muy delicado embarcarse en esa aventura, pero me gusta. No sé lo que pasará.
¡Ah! Un proyecto importante que debo cumplir, es complacer a esta fantástica revista y contestar, rápidamente y con mucho gusto, a la entrevista que me estáis haciendo.
Maribel: ¡Muchas gracias Maestro! ¿Hay alguna obra o grabación de la que te encuentres especialmente satisfecho?
L.C. - Hay varias. He grabado muchos discos y realizado muchísimas grabaciones con grandes orquestas, con grandes artistas, con artistas emergentes y con muy diversos conjuntos musicales y cantantes. Es difícil elegir porque no es la grandeza de la grabación, su calidad o su éxito lo que hace que nos sintamos satisfechos si no haber vencido la dificultad, conseguir lo planeado o haber sentido el pellizco y la emoción del público cuando se consiguen traspasar esos metros, a veces kilómetros, que hay entre el director de espaldas y el público.
Soy un músico emocional y disfruto realmente cuando lo que transmito lo recibe la orquesta o el conjunto musical al que dirijo y cuando noto, aún de espaldas, y no por la intensidad de los aplausos, que el público está recibiendo y compartiendo esa emoción que se expande por el recinto, ya sea cerrado o abierto, y me llega. Eso es lo que realmente vale: emocionar, ilusionar, hacer vibrar. Claro que todo ello con calidad y excelencia pero creo que es más importante la autenticidad interpretativa que la excelencia. La excelencia técnica y artística sirve para