CLEU - SUICIDIO EN MENORES Año 9 • Número 35 • Julio - Septiembre 2021 | Page 17

INTRODUCCIÓN
A unos cuantos meses de iniciar el 2020 se presentó el suceso que marcaría el ritmo del resto del año : la aparición del COVID-19 . Una pandemia que se esparciría por el mundo en tan solo unas cuantas semanas y que cambiaría el comportamiento social de las naciones y delimitaría lo que siempre se creyó que eran libertades .
La sociedad ha tenido que adaptarse ante esta nueva pandemia y ha sido testigos de primera mano de cómo los gobiernos han hecho malabares para cubrir todos los aspectos posibles que competen a su desarrollo y contención , así como los efectos secundarios que está teniendo a nivel internacional en lo referente a la economía .
Las fuerzas armadas y policías locales han tenido que doblar esfuerzos pues ahora no solamente tienen que hacer frente a la inseguridad y delincuencia del país , sino que también tuvieron que convertirse en la primera conexión entre los ciudadanos y las nuevas reglas de sanidad . Son ellos los que deben cerciorarse de que la ciudadanía acate las reglas , que cumpla con los toques de queda , que respete las nuevas normas de movilización y que se pueda , dentro de lo posible , contener la propagación del virus . Pero el virus y la caída de la economía están creando un desequilibrio en la sociedad a favor de la delincuencia . Las fuerzas del orden ahora se encuentran con sus elementos dispersos , enfocados en tareas nuevas de sanidad y contención que hasta ahora les eran desconocidas , delegando sus principales funciones de control y prevención a un plano secundario .
Las maneras de ganarse la vida de la mayoría de la población se han visto mermadas ante el cierre de múltiples negocios y empresas está dando como resultado una desesperación colectiva , lo cual puede y ha conseguido incrementar los riesgos de comisión de conductas delictivas , la creación de nuevos mercados ilícitos y la reafirmación criminal de ciertos grupos .
Otro problema presente y que parece pasar desapercibido es la innegable necesidad que tiene el estado de mantener sus sistemas de impartición de justicia a un ritmo necesario , pero la pandemia y las nuevas medidas de salud junto con el distanciamiento social , están logrando afectar los servicios y ha conseguido que la institución pierda aún más credibilidad ante una sociedad que desde mucho antes del COVID-19 ya desconfiaba de sus funcionarios .
Por otra parte , dentro de la delincuencia misma que siempre ha estado presente , es posible observar cómo los distintos grupos delictivos parecieran afianzar sus fuerzas y tener una presencia más firme , dado que si bien no han cambiado sus actividades ilícitas , éstas si se han diversificado y el impacto pareciera más fuerte ; contrabando de insumos médicos de primera necesidad , reparto de despensas para grupos vulnerables , baja de hechos violentos pero mayor producción de medicamentos apócrifos , son algunas de las tantas nuevas actividades que se llevan a cabo en esta nueva normalidad . Y esto solo por hablar del crimen organizado ( la cual está ligada directamente con las fuerzas del orden y su poca atención al tema debido a sus nuevas tareas ). Durante este confinamiento y recesión económica han despuntado los casos de violencia doméstica , abuso de sustancias y sus exorbitantes precios inflados ( con el cierre de fronteras se ha vuelto más difícil conseguir los materiales ), la trata de personas y los ciber-delitos que están a la alza ( este delito a pesar de ya existir desde hace tiempo se encuentra despuntando debido a la afectación de la economía sobre la sociedad ). Todo esto gracias al estrés , desorientación social y necesidad de ingreso .
Mientras la pandemia siga su curso sin desacelerar su paso , sus impactos a largo plazo se están convirtiendo en una preocupación que no puede seguirse ignorando . El virus ha cambiado la forma en que se desenvuelve la sociedad , más no sus conductas delictivas .
Con el presente artículo se pretende abordar la criminalidad en el país y estado ; explicar la manera en que los delitos se han adaptado a la nueva normalidad en la que se desenvuelve la sociedad a raíz de la pandemia y cómo , si bien es cierto que algunos han disminuido , otros han tomado esta oportunidad para afianzarse y obtener sus ganancias .
Se abordarán los delitos por separado y también se dará un repaso a éstos en sus cifras para poder visualizar la problemática
JULIO - SEPTIEMBRE 2021 Visión Criminológica-criminalística
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