Cimientos Cimientos2016 | Page 13

L OS CARAS MA MONEDA Nosotros acá en la villa fundamos primero un colegio secundario y después un jardín de in- fantes, y tenemos la idea de armar una escuela primaria. Pensamos que hay que reinventar la escuela. La escuela pública muchas veces no está preparada para recibir a los “cabezudos” en primaria o a los “complicados” en secundaria, porque se nos vino una sociedad nueva y los do- centes vienen con una formación totalmente de otra época, de otro lugar. Buscamos una escuela a la altura de las nuevas complejidades. ESA ACTITUD PROFUNDIZA LO ESPIRITUAL Y EL PENSAMIENTO Y SE COMPLEMENTA CON UNA OPERATIVIDAD Y UNA CAPACI- DAD DE RESOLVER SITUACIONES EXPEDITIVAMENTE. ¿QUÉ PAPEL JUEGA EL ESTADO EN RELACIÓN A LOS PROBLEMAS SOCIALES? Se buscan respuestas puntuales a situaciones que son complejas. A un chico que está con pro- blemas de drogas no alcanza que le digas “andá a este terapeuta o a este psicólogo o a este gru- po de ayuda”. El chico va a necesitar de alguien que le ordene la vida, que lo ayude. Entonces la droga no es el problema de la adicción enten- dida unilateralmente. Lo que tiene el pibe son problemas de vivienda, de familia, de salud, de educación, de que no le alcanza la plata. Todas esas situaciones requieren una atención más integral, hace falta entender las cosas desde una idea de comunidad. Por eso los curas de la villa hablamos de integración. Las redes de contención son mucho más fuertes en la villa. Pero muchos de los valores que hay en la villa, la sociedad en otros sectores sociales no los conoce y no los quiere conocer. A medi- da que podamos avanzar en una integración urbana, va a ir quedando claro que la villa tiene mucho que darle a la ciudad y el resto de la ciu- dad tiene mucho para darle a la villa. Entonces el chico que accede a la facultad, puede ampliar sus horizontes y saber que la vida en la villa se puede transformar en un barrio obrero, y no un refugio de delincuentes como se dice. Porque son más los delincuentes que lucran con la villa que los de adentro. Hace más o menos diez años la sociedad se desayunó con que existían las villas, con la cumbia villera o distintas cosas que se fueron dando, como el tema de la inseguridad. Enton- ces ahí la sociedad se empezó a acercar y el Es- tado también. Me parece que estamos todavía en una etapa en la cual tenemos que ordenar esa presencia. La mano de obra de innumera- bles lugares de la ciudad, como las empleadas domésticas, vienen de las villas y los abande- rados de nuestros colegios, donde comparten adentro y afuera, vienen de afuera. Hay que profundizar eso, en la medida que realmente se quiera trabajar por la inclusión, aunque hay gente que no quiere o no le conviene trabajar en la línea de la inclusión. El protagonista acá es la gente y la comunidad. Entonces nosotros como Iglesia acompañamos la vida de la comunidad, tratando de estar atentos a las situaciones que pasan. También buscamos ayudar a formar una comunidad organizada, de modo que es la misma co- munidad la que se ocupa de los problemas del barrio antes de que llegue el Estado. La gente se ocupa del enfermo, del vecino, del chico que está solo. ES UN MODO DE VIVIR LA IGLESIA CUANDO ESTÁS CERCA DE LA GENTE Y APRENDIENDO DE LA GENTE MÁS HUMILDE.