ARTÍCULO DE OPINIÓN
¿EXISTE SEMEJANZA ENTRE LOS PROBLEMAS DE LA CALIDAD PEDAGÓGICA DEL SIGO XII CON LOS PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN PERUANA DEL SIGLO XXI?
Como presenciamos en la revista la educación del siglo XVII, fue muy criticada por Comenio por la baja calidad educativa que se prestaba a los estudiantes de esa época. Pero, ¿Cómo está la educación peruana actual? ¿Existen privilegios? ¿Todos reciben la misma educación de calidad? Estas son algunas preguntas que brotan de mi interior para fijarme sobre el tipo de educación que existe en nuestra sociedad peruana.
Con respecto a las preguntas, Comenio en el siglo XVII luchó por contar con escuelas democráticas, donde pobres y ricos disfrutarán de la enseñanza. Sin embargo, en el Perú nos asemejamos con la realidad del problema pedagógico del siglo XVII, ya que dentro de nuestro país contamos con instituciones públicas y privadas. Esto se afirma con lo dicho por Mariátegui “No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”.
Entonces, observamos las escuelas públicas, que en su mayoría prestan un servicio deplorable que ocasionan huelgas, protestas o conflictos por parte de los docentes, estudiantes o padres de familia. Esto se da por muchos factores, entre ellos podrían ser el sueldo de los docentes, la pésima infraestructura de la institución, la poca disponibilidad de profesores en algunos centros educativos, entre otros.
Mientras que, las escuelas privadas en general, se esfuerzan por dar a sus estudiantes las mejores estrategias o metodologías de enseñanza. Pero, este tipo de educación no es gratuita, ya que tiene un costo que dependerá del monto que asigne cada institución. Esto ocasiona que muchas personas se limiten a ingresar a las escuelas
privadas, ya que algunas personas que no tienen la posibilidad de poder pagar las mensualidades del colegio.
De esta manera, los docentes y futuros educadores deberíamos ser más conscientes del tipo de educación que quieren transmitir a los estudiantes. Si bien es cierto carecemos de un presupuesto económico adecuado para poder atender las necesidades de los educandos. Pero, no deberíamos carecer de la responsabilidad de ser buenos formadores y guiadores de los estudiantes.
Pues, deberíamos influenciar en ellos, para que sean los impulsadores de esta sociedad que ayuden en salir de esta corrupción, en el cual estamos inmersos. Ya que, mediante esta acción negativa el ser humano poco a poco se destruya a sí mismo y a los demás. Entonces, con una buena educación se puede sacar a la persona del hoyo de la perversión para colocarlo en su esplendor.
MADELEY KAROL CORDOVA GALVEZ
AMAUTA
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