Chubasco en Primavera N° 12 | Page 3

MALDICIÓN Nota Editorial Dad muerte a la nueva esposa y muerte al suegro y al linaje regio Medea, Séneca v-17,18 La paradoja está en la palabra. Sólo se puede maldecir diciendo bien. Cualquiera puede insultar, pero maldecir está en la potestad de lxs poetas, de quienes empuñan la voz. Lejos de pensar cualquier asociación clásica tomo como epígrafe a una Medea “menor”, menospreciada generalmente en relación al clásico de Eurípides. Esta es la Medea que me interesa, y particularmente, en este comienzo tan intenso, tan evidente de cierta forma. Maldice como canto, como llamado, reconociendo el poder real de las palabras como dadoras de sentido, portadoras de sentimiento. Medea maldice, y deja de ser madre y todo lo que no es esa voz maldici- ente. Con la fuerza de las palabras: crea. En este número nos preguntamos sobre las maldiciones, sobre quienes son malditxs sí, pero además quienes maldicen. En épocas de coros de “Mau- ricio Macri la yuta que te parió”, planteamos otra forma de canalizar la bronca, otra vía (ni más ni menos potente). Maldecir a quienes nos matan, no para satisfacerse en eso, sino como vehículo de la memoria. Nadie se salva, quien ha maldecido es catalogado como un maldito. Quienes son malditos no pueden más que maldecir. Como siempre, el arte dispuesto en este número es, de cierta forma, una realización del final de nuestro manifiesto: “[...]convocamos a las individualidades presentes a que confluyan en estas palabras, como pretexto para existir.”