Chubasco en Primavera N° 12 | Page 28

No sé cuándo fue ni dónde sucedió. Alguien evocó una maldición con la fuerza de su palabra o quizás es la mala fortuna de estar en el lugar y momento equivocado. Cómo saberlo; los días se volvieron de pronto un anecdotario de cuanta desventura sea posible, donde todo lo que me rodea peligra en romperse, quebrarse o morirse. Maldecida en carne y espíritu con cicatrices en el cuerpo y sin religión que me acobije no tengo fe para depositar en ningún rito purificante. Apenas una suerte de alivio trazar estas palabras un decir que pone de manifiesto la maldición como una carga en quién la lleve como recorre estas páginas también malditas.