Choco buscó por todas partes pero no pudo encontrar una madre que se le pareciera.
Cuando Choco vio a la señora Oso recogiendo manzanas supo que ella no podría ser su mamá. No había ningún parecido entre él y la señora Oso.
Choco se sintió tan triste que comenzó a llorar.
¡Mamá, mamá!…Necesito una mamá.
La señora Oso se acercó corriendo para averiguar qué le estaba pasando.