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Viene de la pág. 22 Es recomendable que ningún de los dos des- encadene un juego de poder, en el que el otro se sienta controlado económicamente. El control económico se ve claramente cuando se toman decisiones financieras sin consul- tar a la pareja por considerarla no apta para manejar estos asuntos o cuando se prefiere guardar el dinero con tal de no compartirlo. Una vez determinada la situación actual y cómo se solventarán los gastos, es momen- to de hablar de las metas a futuro. Cada uno debe exponer sus planes a corto, mediano y largo plazo (liquidar una deuda, continuar estudios o ahorrar para el retiro) y exponer los planes en pareja (adquirir una casa, viajar una vez al año a la playa o iniciar un negocio propio). Todo esto, con el fin de trazar una lí- nea de tiempo y planear adecuadamente el ahorro y el gasto. En una empresa o en el ámbito personal lle- var las cuentas claras es de mucha ayuda para saber cuándo, en qué y cómo gastar, por lo que al hacer un presupuesto la pareja se ase- gura de contar con un buen manejo en sus finanzas. A continuación, proponemos un modelo de presupuesto mensual que deberá ajustarse de acuerdo con las circunstancias y priorida- des de cada familia, pues no existe una regla general para elaborarlo: 1. La pareja debe reunir los recibos, estados de cuenta, tickets de compra e información que van a utilizar al momento de llenar su presupuesto. Les recomendamos ponerse de acuerdo si habrá un lugar específico para re- unir toda la documentación o si cada quien lo hará por su cuenta. 2. Determinar los gastos fijos y variables de forma mensual. 3. Para un presupuesto de pareja, Victoria Felton-Collins recomienda trabajar bajo el 26 Informes modelo de lo tuyo, lo mío y lo nuestro, estruc- tura que permite una administración. La importancia de este modelo reside en que cada miembro mantenga independencia eco- nómica, sin dejar de lado la responsabilidad de los gastos comunes, logrando así mante- ner ciertos gustos individuales y dando lugar a los detalles en pareja (una invitación a ce- nar o uno chocolates) sin que éstos repercu- tan en el gasto familiar. 4. Una vez que se han distribuido los gastos viene el momento de la verdad, totalizar a cuánto ascienden los ingresos y egresos, y confrontarlos. Cuando la diferencia entre lo que ganan y lo que gastan es negativa, la pareja deberá tra- bajar en una reestructuración de los gastos, para evitar que la familia se endeude dema- siado. Ahora bien, si el saldo es positivo tendrán la posibilidad de aumentar su ahorro. El presupuesto familiar debe ser flexible y verse como un ejercicio de prueba y error, pues al no obtener los resultados esperados se corre el riesgo de que la pareja pierda inte- rés en seguir elaborándolo. Además, permiti- rá tomar las medidas necesarias para cumplir las metas de corto, mediano y largo plazo. Es importante no claudicar en los primeros intentos y tratar de considerarlo como una estrategia que permita la consolidación de un patrimonio en el que ambos resultarán bene- ficiados. Es evidente que al tratar de establecer acuer- dos financieros surgirán discusiones, pues cada cónyuge tiene hábitos y costumbres di- ferentes. Sin embargo, la mejor solución es platicar y negociar con la pareja antes de que la frase “hasta que la muerte nos separe” se convierta en “hasta que el dinero nos alcan- ce”. 55.4323.2696 y 777.203.2530