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Por Emma Paula Ruiz Ham Investigadora del INEHRM Este 8 de marzo asistimos a un aniversario más del Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. La fecha fue establecida oficial- mente en 1977 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y conmemora la lucha de la mujer en busca del reconocimiento de la equidad de género y de su participación en todos los ámbitos de la vida humana. Los antecedentes de dicha celebración pue- den rastrearse en la historia del siglo XIX. La Revolución industrial propició el crecimiento de las fábricas y mayores requerimientos de mano de obra no sólo de hombres, sino tam- bién de niños y mujeres. La participación femenina en el mercado de trabajo fue cada vez en aumento, principal- mente en Gran Bretaña, Alemania, Francia, Bélgica y Rusia. Sin embargo, no se reconocía ningún derecho laboral a las mujeres: se les sometía a una extenuante jornada, recibían menor salario respecto al de los hombres y eran discriminadas, condiciones que no tar- daron en ser motivo de reclamos y exigencias que dieron inicio a una lucha organizada en busca de dignificación de la mujer. Los partidos socialistas de Europa y Estados Unidos habían establecido un Women´s day anual para promover el derecho al voto y las reivindicaciones de las trabajadoras, que en 1908 celebraron en mayo. Años después, durante la Segunda Conferen- cia Internacional de Mujeres Socialistas, que tuvo lugar en Copenhague los días 26 y 27 de agosto de 1910, la alemana Clara Zetkin, pro- puso que se estableciera el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El Día de la Mujer se celebró por primera ocasión en Europa el 19 de marzo de 1911. Hubo manifestaciones en las que se exigió el sufragio femenino y otros derechos políticos, como el de ocupar cargos públicos, el derecho a trabajar y a una jornada laboral digna. En los primeros años se festejó en fechas diferentes según cada país, y a partir de 1914, por pri- mera vez en Alemania, Suecia y Rusia, el 8 de marzo. Los países de Latinoamérica se unieron a la celebración hasta la década de 1980, como consecuencia de la I Conferencia Mundial so- bre la Mujer, efectuada en México en 1975. Empero, esa tardía incorporación no anula los constantes esfuerzos que sus mujeres ha- bían realizado a lo largo de la historia de cada nación. En México, por ejemplo, existieron constantes y enormes esfuerzos de mujeres que fundaron a fines del siglo XIX las primeras sociedades feministas del país. Asimismo, la presencia de la mujer durante los años de la Revolución mexicana fue significativa, ya que, además de ser madres, esposas e hijas, parti- ciparon en la lucha armada como enfermeras, mensajeras o soldaderas. La Constitución Política de 1917 concedió al hombre y a la mujer los mismos derechos en materia de garantías individuales. En 1928, con la modificación a la Ley de Relaciones Familiares, fue posible que se reconocieran como legítimos los hijos nacidos de las rela- ciones fuera del matrimonio. Durante la siguiente década se siguieron for- mando organizaciones encabezadas por mu- jeres, como es el caso del Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), fundado en 1935. Aunque el presidente Lázaro Cárdenas presentó al Congreso de la Unión una iniciativa para reformar los artículos 34 y 35 Continúa en la pág. 30 24 Informes 55.4323.2696 y 777.203.2530