Cuando un niño reiteradamente fracasa en la escuela no debemos descartar la posibilidad de que
presente algún problema de aprendizaje o conducta. Lo más conveniente es dirigirse a sus maes-
tros pues son ellos los primeros en percibir cuando un niño no va al mismo ritmo de sus compa-
ñeros o tiene manifestaciones de conducta muy particulares. Si fuera el caso, hay que atenderlo
inmediatamente y realizar la valoración correspondiente. En ocasiones nuestra respuesta como
padres es cambiarlo de colegio pero resulta que en la siguiente escuela pasa lo mismo y este
recorrido, de una institución a otra, afecta la autoestima y seguridad del niño.
Si su hijo presenta al menos cinco de los siguientes síntomas por un periodo prolongado (más de
tres meses) es probable que tenga un problema de aprendizaje:
ATENCIÓN
1. Le cuesta concentrarse en una activi-
dad determinada.
2. No puede mantenerse sentado en un
lugar por un periodo prolongado, se
levanta constantemente.
3. Le resulta difícil seguir instrucciones,
no obedece.
4. Continuamente olvida sus útiles u
objetos personales, sin recordar
dónde los dejó.
5. Se le dificulta ser ordenado, estable-
cer hábitos y planear actividades.
6. No logra programar sus trabajos en
el tiempo previsto.
7. Parece que no escucha, no respeta
su turno y habla excesivamente.
8. Al primer tropiezo prefiere abando-
nar la tarea.
9. Sus calificaciones son variables y
constantemente es reprendido por
sus maestros.
LECTO- ESCRITURA Y
CALCULO MATEMATICO.
1. Se le dificulta el trazo de las letras
y/o los números.
2. No mantiene la inclinación, tamaño,
forma o dirección de la grafía.
3. Omite, sustituye, cambia, agrega o
confunde letras y/o números.
4. Tiene dificultad para comprender y
conceptualizar.
5. Tiene problemas para identificar le-
tras y/o números.
6. Se le dificulta hacer operaciones y re-
solver problemas.
7. Cuando lee cambia el orden de las
letras o se pierde de renglón.
8. Su lectura de comprensión es defi-
ciente y presentan dificultad para
elaborar una síntesis.
9. Empieza a perder el gusto por ir al
colegio y por desarrollar actividades
académicas.
No obstante los trastornos emocionales y/o de conducta como ansiedad, depresión, agresivi-
dad, estrés, aislamiento, rebeldía, hiperactividad, delincuencia, etc., no siempre repercuten en el
aprendizaje, es importante atenderlos debidamente pues sin duda tendrán un impacto negativo
tanto en el proceso de socialización del niño como en su autoestima.
Cualquiera que sea el problema, aprendizaje o conducta, lo principal es no desesperarse y buscar
ayuda especializada. Recuerde que nuestros hijos están viviendo la única infancia que tienen y la
etapa escolar no sólo los prepara para la vida, representa ya una parte de su vida.
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Informes
203.2530 y 01 (55) 4323.2696