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Recomendaciones para los padres. Las vacaciones escolares influyen positivamente en la educación del niño si se aprovechan eficazmente, combinando actividades lúdicas con actividades for- mativas propiamente dichas. Los campamentos son una magnífica opción que puede contribuir a esta labor si cumplen los requisitos imprescindibles. Los padres o las personas responsables del niño deben es- cogerlos de manera meditada, sin caer en aquello de que “como no sé que hacer con el muchacho durante las vacaciones, lo mando al campamento”. El temor de las familias a enviar a los niños a estas acti- vidades es normal, así como la desconfianza por dejar a los hijos de 1 a 3 semanas en manos de extraños. Hay que considerar los aspectos positivos de esto: contri- buyen a su maduración, estimulan su responsabilidad, favorecen su autonomía, le enseñan las reglas de la convivencia con otras personas y les inculcan virtudes como el orden, la disciplina, la justicia, la alegría de compartir con los demás, así como el amor a la natura- leza, entre otras cosas. Una pregunta clave a realizarse antes de tomar la de- cisión es: ¿está mi hijo preparado para ir a un campa- mento? Si la respuesta es afirmativa hay una serie de consideraciones a tener en cuenta. La primera de ellas es escoger el campamento ade- cuado, con instalaciones apropiadas para los niños y que cumplan los requisitos de seguridad exigidos, y cuyo personal esté entrenado en el manejo del niño en todos sus aspectos. Debe estar prevista de una co- bertura de seguridad en caso de necesidad. También hay que pensar en el programa de actividades, que se adapte al niño y que le permita desarrollar todos los aspectos positivos ya comentados. Dada la variedad de campamentos existentes, se debe valorar el interés y habilidades del niño, que determinarán su capacidad para participar en un campamento concreto. El campamento deberá disponer de los medios de co- municación que permitan el contacto inmediato entre la familia y los responsables, algo que hoy en día no suele plantear problemas. No obstante, esto debe re- servarse a casos de necesidad o de forma programada según el plan del campamento, para no interferir con su funcionamiento. Consideraciones sobre la salud. Otra consideración importante es la referente al esta- do de salud del niño, sobre todo si tiene enfermedades crónicas (asma, epilepsia, alergias, déficit de atención con hiperactividad, etc.). Padres, pediatras y respon- sables del campamento deben compartir la informa- ción necesaria para que se adapte sin problemas a su nuevo ambiente. En estos casos, antes de empezar el campamento los padres o cuidadores proporcionarán a los responsables una historia clara y concisa sobre sus problemas de salud, así como la medicación que esté tomando, con la prescripción clara en cuanto a dosis, vía y momento de administración, condiciones de almacenamiento, etc. Cuando los niños precisen dietas especiales (diabe- tes, alergias alimentarias, etc.) hay que asegurarse de que en el campamento puedan seguir su dieta, con un menú adaptado y evitando que intercambie alimentos con otros niños. En el caso de niños con limitaciones en su actividad física debe elegirse un campamento con un programa adecuado, para que pueda realizar las mismas actividades que el resto de sus compañe- ros. Campamentos específicos para niños con enfermeda- des crónicas. Hay campamentos específicos para niños con en- fermedades crónicas como la diabetes, problemas neurológicos, algunos tumores, etc., generalmente organizados por la asociaciones de enfermos. Estos campamentos cuentan con la infraestructura nece- saria y con personal entrenado en su manejo y en la aplicación de los tratamientos; suelen incluir activida- des educativas para los niños y al permitirse conocer a otros niños con el mismo problema puede ayudar a mejorar su percepción de la enfermedad y a desmi- tificarla. Dado que suele haber una tendencia a sobreproteger a los niños con enfermedades crónicas, estos campa- mentos suponen una oportunidad para mejorar su au- tonomía y para que los padres tengan la tranquilidad de que estarán bien atendidos. No obstante, cuando sea posible, también es bueno que estos niños acudan a campamentos de otro tipo, olvidándose en lo posible de su enfermedad. En definitiva la opción del campamento es muy inte- resante si el niño está preparado para asumirla y el campamento tiene los medios adecuados, además de contar con personal suficiente, responsable y bien pre- parado en el manejo del niño en todas sus vertientes, facilitando así la realización de las labores formativas.