Con más de 1,000 escuelas a lo largo y ancho
del mundo y una trayectoria de 100 años, la
educación Waldorf es la pedagogía alternativa
de mayor expansión en el mundo.
¿Qué distingue a una escuela Waldorf de
otras escuelas?
Al entrar a un salón Waldorf se hacen eviden-
tes muchas diferencias: un salón de jardín de
niños, con muros y telas de colores suaves,
una mesa de estación que marca el paso del
tiempo a lo largo del año, mobiliario de made-
ra, materiales naturales diversos que los niños
pueden usar como juguetes (vainas, conchas,
piedras, bloques irregulares, más telas), es el
espacio ideal para sentirse cómodos y seguros
y dar rienda suelta al juego libre que un niño
de 2 a 6 años necesita ejercitar. El juego libre
y el movimiento le ayudarán a cultivar carac-
terísticas deseables más adelante en su vida,
como la creatividad, la confianza en sí mismo,
la capacidad de interactuar con otros. Por otro
lado, en un salón de primaria o secundaria, los
trabajos de acuarela, de modelado de cera o
barro o trazos exactos de geometría, exhibidos
en el salón, todos y sin distinción alguna, dejan
ver el sentido estético que poco a poco va des-
pertando en el niño y que abona a esa creativi-
dad y confianza en sí mismo. En los libros de la
‘clase principal’ de los niños o en el dibujo de
pizarrón de la maestra está presente el mun-
do de la naturaleza y de los objetos naturales.
Trabajos y cuadernos reflejan una apreciación
emergente de la belleza del mundo y un des-
envolvimiento del placer de cada quien ante
su capacidad de expresarse con confianza ar-
tística.
En el corazón del plan de estudios Waldorf
hay un reconocimiento justo de lo mucho que
cambian los niños de un año a otro. El currí-
culo Waldorf da una importancia central a la
comprensión profunda, no sólo intelectual, de
naturaleza mental, sino emocional y física de
cada edad. Para cada nivel escolar, éste garan-
tiza que el material presentado y cómo se pre-
senta, sea precisamente adecuado a la edad
correspondiente.
¿Y en el aspecto académico?
Steiner describe su enfoque como “basado en
teorías educativas cimentadas en un verda-
dero conocimiento del ser humano en desa-
rrollo”. El programa Waldorf va avanzando de
aprender primero desde el sistema motor (mo-
vimiento), a involucrar después las emociones
del niño y finalmente apelando a su base cog-
nitiva y de destrezas. En la literatura Waldorf,
esto se conoce como educación de las manos,
del corazón y de la cabeza. Sin una orientación
correcta del desarrollo emocional del niño y el
fortalecimiento intencional de su voluntad, las
escuelas que sólo se enfocan en las capacida-
des cognitivas tienen pocas posibilidades de
formar ciudadanos completos que sean capa-
ces, por sí solos, de dar a sus vidas propósito
y dirección.
Una de las diferencias más palpables entre la
educación Waldorf y la convencional es la es-
tructura del día escolar: en lugar de cambiar
de una a otra clase, en periodos de duración
de 50 minutos, los estudiantes se sumergen en
lo que llamamos Clase Principal, la cual es pre-
sentada al inicio del día (durante dos horas),
y el resto del día se dedica enteramente a lo
que en otras escuelas sería considerado como
materias optativas: lengua extranjera, teatro,
pintura, movimiento, música y trabajo manual.
La Clase Principal contiene el núcleo del con-
tenido académico, atravesado por diversas dis-
ciplinas.
Artículo proporcionado por la Escuela Waldorf de Cuernavaca, Campo Florido no. 105, Col. Santa
María Ahuacatitlán, Cuernavaca, Morelos. www.escuelawaldorf.edu.mx
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