Chipre, la isla olvidada CHIPRE LA ISLA OLVIDADA | Page 17

CHIPRE. SUPLEMENTO ESPECIAL DE MIRROR MAGAZINE Ser alcalde en el exilio Nicosia del Sur. En agosto de 1974, el tiempo se detuvo en Varosha, el distrito de vacaciones de Famagusta. Después de la invasión turca, los habitantes grecochipriotas fueron obligados a abandonar la ciudad. Han pasado 45 años y Varosha sigue siendo una zona prohibida. Un pueblo fantasma cristalizado en el pasado. Una Pompeya sin lava. Una fila de hoteles desiertos ahora en ruinas domina el Mediterráneo y una cerca impide el acceso a la playa que en otros tiempos visitaron Elizabeth Taylor o Paul Newman. “Era una pequeña Miami en el Mediterráneo”. Aquel verano, Alexis Galanós, 78 años, ex secretario general del Partido Demócrata Diko y expresidente de la Cámara chipriota, fue uno de los últimos en irse. “Mi padre era un poco sordo, no oía los bombardeos. Esperé hasta el último momento para llevármelo”. Elegido por los habitantes grecochipriotas obligados a reconstruir sus vidas en la parte sur de la isla, Galanós ha desempeñado el cargo de alcalde de Famagusta en el exilio durante 13 años. “Hay que mantener viva la memoria”. Durante años se negó a volver a su ciudad. “No quería presentar el pasaporte como si entrara en un país extranjero. Volver ha sido muy doloroso. Varosha se ha convertido en una ciudad de ratas y serpientes. En griego la llamamos Amójostos, que significa “enterrado en la arena”. No debajo de la alfombra, como ocurre ahora”. La historia de Galanós no es un caso aislado; en 1974 más de 200.000 personas fueron expulsadas de sus hogares. “Soy huérfano porque soy un refugiado en mi país. Un prisionero a la inversa. Me gustaría ver caer este muro, igual que en Berlín. Yo no soy Reagan, pero desearía poder decirle a Erdogan: “Vete de esta ciudad, es mi ciudad”. Galanós cree en la Unión Europea, pero también tiene mucho de qué quejarse. “El espíritu de solidaridad debe prevalecer. Europa no puede permitir que uno de sus Estados miembros se convierta en