Chile estallido social de octubre Noviembre N° 3 | Page 4

¡Fuera Piñera! ¡Por un Gobierno de los Trabajadores! La rebelión popular en curso de nuestro país ha entrado en una nueva fase. Las álgidas jorna- das de lucha llevadas a cabo por nuestro pueblo durante los últimos tres días han configurado una primera victoria parcial de la rebelión. Ésta ha logrado extenderse nacionalmente colo- cando al gobierno a la defensiva. Los anuncios de Piñera durante las jornadas de ayer y hoy nos muestran una determinación a estas alturas irreversible: El aplastamiento de la Rebelión a como dé lugar; a cualquier coste y bajo toda circunstancia. La táctica del gobierno se ha cen- trado durante los últimos días en el despliegue de las FFAA y el azuzamiento de elementos de carácter fascistoide a través del lumpen, el narcotráfico y la represión paraestatal, con el ob- jetivo de sembrar el terror y atacar la Rebelión en su corazón mismo: los territorios populares que han sido escenario del masivo despliegue de la legítima protesta a través de los métodos de la violencia revolucionaria de parte de nuestro pueblo, tales como los sabotajes o la justifi- cada recuperación material contra las grandes empresas organizada desde los propios veci- nos y vecinas. La jornada de hoy nos demuestra los límites de dicha táctica represiva y acerca al gobierno a la posibilidad cierta de echar mano al aplastamiento armado de la Rebelión y la declaración abierta de guerra contra el pueblo de Chile. Dichas determinaciones se dan en el marco de una colosal profundización de la crisis y las contradicciones en el seno de la propia clase dominante y del bloque en el poder. El conjunto de este escenario lleva las contradiccio- nes de la lucha de clases en nuestro país al extremo y determina un momento de definiciones: Se abre ante nuestros ojos la problemática del poder. La Rebelión Popular se alza sobre la alianza de determinadas fuerzas sociales, fundamen- talmente la Clase Trabajadora y otras capas y clases oprimidas de nuestro país como la ju- ventud, las capas medias, el movimiento feminista, el movimiento territorial y poblacional, el campesinado, etc. Son estos sectores quienes han sostenido las movilizaciones y han mos- trado a través de los métodos de la acción directa sus legítimas reivindicaciones tantas veces expresadas y levantadas, pero jamás escuchadas por la clase dominante y los corruptos que han gobernado durante más de 40 años. Son la clase trabajadora y el conjunto del pueblo los llamados, por ende, a determinar una salida. Esta alianza popular emerge con fuerza desde las bases mismas de la Rebelión y constituye el factor político fundamental de la actual coyun- tura. Pueblo de Chile, vivimos momentos definitorios en los que se juega nuestra posibilidad de construir un nuevo orden social de justicia, paz y respeto. La militarización de nuestro país y la declaración de guerra de Piñera contra el pueblo constituyen una tendencia a la resolución militar de la situación en curso, y nos llaman a asumir la responsabilidad histórica que hoy se cierne sobre nuestros hombros. La única manera de impedir la consumación de dicha ten- dencia es que el pueblo no pierda la iniciativa política y se mantenga la ofensiva. Saludamos las iniciativas y declaraciones desde el Pueblo Mapuche para acompañar y solidarizar acti- vamente con la Rebelión. Es deber de todas las fuerzas democráticas de la sociedad resistir activamente el estado de excepción y derrotar el poder criminal de la burguesía, que no repa- rará en desatar una masacre con tal de conservar sus lujos y privilegios. Es deber del pueblo de Chile y de las fuerzas revolucionarias desarrollar material y políticamente la incipiente alianza popular, colocándola bajo la hegemonía de la clase trabajadora y transformándola en una alternativa real de poder. Para materializar dicho desarrollo, es urgente resolver algunas importantes tareas: 4