LA PELOTA
De Sebastián y Nahuel
Mi sueño finalmente se está cumpliendo. Estoy a metros del réferi, mientras me llevan al centro del campo.
Es un día hermoso, perfecto para ser pateado y rebotar en toda la cancha. Estoy ansiosa, el árbitro me apoya sobre el centro del campo de juego y los jugadores se posicionaron en sus lugares mientras la gente canta el himno.
Ya está todo listo. El árbitro pita el comienzo del partido y, en el momento que me patean, despierto con los niños jugando conmigo en el colegio.
LOS AURICULARES
De José Ignacio
El auricular piensa en la infinita variedad de música
que existe. Desea seguir transmitiendo melodías
para siempre.
-Hola, Jimmy… ¿todo bien?
-Bien, ¿vos?
-Bien, ¿me prestás tus auriculares?
-No los tengo, los olvidé en mi casa.
¡Qué aburrido que estoy! En momentos como estos pienso cuál es el sentido de la vida. Jimmy olvidó ponerme en su mochila y no es la primera vez que pasa.
Me gustaría sintonizar más a menudo las diferentes melodías que le gustan a él, desde folklore hasta rockabilly… ¡Esos sonidos espectaculares! Y cuando sus manos tocan mi cuerpo y me deslizan por su cabellera hasta colocarme en sus orejas, ¡ah! Ya puedo sentir la vibración de los más variados sonidos y sentidos.
¡Qué hermosa es la vida en aquellos momentos!
Pero bueno, no se puede vivir en ese estado permanente. Hay que volver a la realidad del día a día, a la oscuridad del cajón de la mesa de luz. Creo que tendría que aprender a vivir así: en un centro, en un eje. Sin entristecerme por la soledad, pero tampoco arrobándome en sensaciones estáticas al ser encendido y conectado al celular, a su biblioteca musical, a la radio, al todo.
15