C(H)ARÁCTER
Noté la mano sudorosa de Felipe cuando al saludarme se disculpó y dijo que era porque
tenía guantes y se los acababa de quitar. Supe que los había tenido puestos en el
restaurante hasta el momento en que yo llegue, pues una testigo, la señora extranjera
que venia de Colombia, María Inés me confirmo que él, cuando murió su padre, manotea
con sus guantes elegantes puestos. Me llamó la atención que el asesino botara los
guantes tan finos en el restaurante haciendo todo un espectáculo, pensé entonces que
se estaba deshaciendo de alguna evidencia, y cuando pasé de nuevo por el restaurante
los recogí y entregué al forense quien me confirmó que tenían restos de ántrax.
Sin embargo, Felipe cometió un error aún peor. Se olvidó de colocar a tiempo el veneno
en el bolso de Maya y solo pudo hacerlo cuando ya no tenía los guantes puestos, y
amablemente le pasó a Maya el bolso antes de que se la llevaran a la estación. Por esto
con urgencia salió a lavarse las manos después de despedirse. Y gracias a esto cuando
analizamos el frasco encontramos una huella digital que no coincidía con las que le
habíamos tomado a Maya. Cuando Felipe me acompañó a la estación y le ofrecí un vaso
con agua, hice analizar las huellas del mismo y coincidían exactamente con la
encontrada en el frasco.
Señores y Señoras del jurado, les pido la máxima condena para Felipe.
-6La despedida
Unos días más tarde Maya va a la cárcel y se despide de Felipe diciéndole que ella lo
perdona por haberla tratado de inculparla. Le dice que lo que él nunca podrá probar es
que ella sabía todo lo que estaba tramando. Que desde que lo conoció supo que él no se
resistiría a compartir la plata, haciendo el plan para matar a su padre y tratar de culparla
a ella, plan que ella había imaginado cuando él le sugirió hablar con el Señor Soft para
manejar las empresas lo que sabía que lo enojaría, y cuando vio cada día más enfermo a
su marido a pesar de los cuidados de su hijo, y por lo cual hizo que el fuera a donde
había muerto el Señor Soft, y que se quitara los guantes en el restaurante, buscando que
él dejara algún tipo de evidencia, y que ahora las cosas habían funcionado a su favor,
como siempre. Lo miró a los ojos y dijo “qué ironías, ahora soy yo quien disfrutará de la
herencia de tu padre que tú no me quisiste compartir, siendo yo ante todo el mundo una
víctima tuya y una completa inocente”. Y diciendo esto salió con su ropa y joyas nuevas
presumiendo.
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