LA MUERTE DE
Porque aquí estamos y seguiremos estando, ayer,
nunca, siempre. Frente a estos robles de cereza,
a espaldas de estos sauces llorones. Soñando así
en una nación de hojas y humanos, en un sueño
de verano, en una tarde de otoño y en un bosque
de neblina. Bosque profundo, frío y triste, que con
tus capas destruyes todo rastro de esperanza,
para así volverte en el amor de la montaña.
Quizá, hoy muera, sin ti, sin nadie, en este mundo
de poemas y libros, en esta creación de hombres
y criaturas, en esta batalla entre la vida y la
muerte. Quizá, hoy, solo, en esta penumbra de
guerreros, en esta soledad que me arranca la piel,
en este sueño de neblina que me entierra su
noble daga en el vientre. En este mundo de
pantanos y sueños celestes, en este cielo
estrellado; en este libro sin letras que ya se
terminó de escribir.
Morir, amar, desaparecer, por siempre, en neblina
y sueño.
Porque aquí estamos y seguiremos estando con
esta pluma y este lienzo de la vida, que siempre, a
punto de matarnos, nos deja aquí, solos, por
siempre, amando, parando de existir, y para la
eternidad consumir el sueño en la neblina
un breve fragmento de su obra
peare, Gabriel García Márquez y
Infantil y Juvenil de Música de la
MARTÍN DELLA
ROTTA DI NATALE
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