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Artistas nacionales
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Juan José Morosoli
La Fundación Lolita Rubial le homenajea creando el Premio Morosoli, que se entrega cada año en la ciudad de Minas.
Nació el 19 de enero de 1899 en Minas, departamento de Lavalleja, y murió el 29 de diciembre de 1957. Sus padres eran inmigrantes, Giovanni Morosoli( suizo) y María Porrini. Debió dejar los estudios muy joven, para ayudar económicamente a su familia. En 1920, con algunos amigos, abre el Café Suizo, que funcionaba como centro cultural. Se exhibían películas de cine mudo y se realizaban espectáculos musicales. Al mismo tiempo, Morosoli empieza a escribir y publicar poesía y colabora como periodista para publicaciones minuanas y de Montevideo. Siguió incursionando en la actividad comercial e instaló un almacén y una barraca, en la que trabajaría hasta su muerte. Su actividad fue siempre en Minas, y se le identifica con el Movimiento Cultural Minuano. Se casó en 1929 con Luisa Lupi, con quien tuvo dos hijas: Ana María y Mariluz. Murió en Minas en 1957.
Obra
Aunque sus comienzos fueron en la poesía, y escribió alguna pieza teatral, es en la narrativa donde Morosoli encuentra su medio de expresión más
certero. Si bien fue un hombre de ciudad, supo escuchar la voz de la gente de tierra adentro, y sus libros tienen una gran honestidad. Su literatura era sobre la gente, buscó rescatar a los trabajadores del Interior, que se desplazaban hacia los suburbios buscando sobrevivir. Sus narraciones denunciaban una situación muchas veces desconocida para el habitante de las ciudades. Onetti, nuestro gran escritor, dijo de él:“ Sus títulos son una declaración de fe: Hombres y mujeres, Muchachos, Vivientes. En las pocas líneas de sus cuentos los vivientes vienen y se van, nos dejan su miseria y su candor, a veces su amistad”. Era un gran conocedor de la tierra y los hombres que le habitaban; supo expresar la esencia de esa tierra, pero no eran cuadros“ pintorescos”. Dossetti dijo de él:“ Morosoli no fue un obrero del campo, baquiano, tallado en oficios duros, tormentas y estelares. Ni las heladas ni las resolanas quemaron su nuca en la melga, el tropeo o la montada. Fue testigo – testigo sanguíneo y veraz – pero no protagonista. Supo ver. Puso el oído contra su tierra y la sintió vivir, documental”. Era un gran observador de la geografía física y humana de su pueblo. Recibió tres veces el premio del Ministerio de Instrucción Pública, por“ Hombres”,“ Los albañiles de Los Tapes”, y“ Muchachos”. En 1959, en forma póstuma, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura.