luego lees en voz alta el nombre del autor: Roald Dahl. Un nombre curioso, tan breve v tan .sonoro; un
rugido seguido de una campanada, un timbrazo e inmediatamente una sola nota sale del piano. Finalmente
deletreas también, gozoso, el título de la obra: Charlie y la fábrica de chocolate. Y ya sin más, abres el
cofre y buscas entre las páginas.
El protagonist