Son las moléculas que tienen la información genética de los organismos y son
las responsables de su transmisión hereditaria. El conocimiento de la estructura
de los ácidos nucleicos permitió la elucidación del código genético, la
determinación del mecanismo y control de la síntesis de las proteínas y el
mecanismo de transmisión de la información genética de la célula madre a las
células hijas.
Existen dos tipos de ácidos nucleicos, ADN y ARN, que se diferencian por el
azúcar (Pentosa) que llevan: desoxirribosa y ribosa, respectivamente. Además
se diferencian por las bases nitrogenadas que contienen, Adenina, Guanina,
Citosina y Timina, en el ADN; y Adenina, Guanina, Citosina y Uracilo en el
ARN. Una última diferencia está en la estructura de las cadenas, en el ADN
será una cadena doble y en el ARN es una cadena sencilla
Un poco de historia…
El descubrimiento de los ácidos nucleicos se debe a Meischer (1869), el cual
trabajando con leucocitos y espermatozoides de salmón, obtuvo una sustancia
rica en carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y un porcentaje elevado de
fósforo. A esta sustancia se le llamó en un principio Nucleína, por encontrarse
en el núcleo.
Años más tarde, se fragmentó
esta nucleína, y se separó un
componente proteico y un grupo
prostético, este último, por ser
ácido, se le llamó Ácido Nucleico.
En los años 30, Kossel comprobó
que tenían una estructura
bastante compleja.
En 1953, James Watson y Francis
Crick, descubrieron la estructura
tridimensional de uno de estos
ácidos, concretamente del Ácido
Desoxirribonucleico (ADN).
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