Teníamos muchas ganas de conocer el nombre de nuestro amigo lector y por fin, Merche nos trajo la lista a clase.
Llegado el día, fuimos a las clases de infantil, localizamos a nuestro amigo, buscamos un lugar tranquilo en el pasillo o en las aulas y… ¡A leer!
Había niños muy tranquilos con los que todo fue muy fácil y otros… algo más nerviosos. Aún así, todos escucharon el cuento y disfrutaron tanto como nosotros.
Después de las vacaciones de navidad volveremos a vernos. Habrá que pensar con qué cuento les sorprendemos esta vez.
¡Nos encanta esta actividad!