Cero estrés Volumen I | Page 9

Muchas veces no nos damos cuenta de que nuestras conversaciones diarias giran en torno a los eventos estresantes, pocas veces en aquello que nos produce placer.

El estrés implica una alteración que va más allá de lo usual, y para saber que es lo usual no se tienen parámetros claros.

Aún con la subjetividad que implica definir y medir el estrés, debemos de hacerlo para poder manejarlo con consistencia y deteriorar nuestra salud física o emocional.

Pese a su mala fama el estrés no debería ser siempre el malo de la película. A fin de cuentas, no deja de ser una reacción natural del organismo que nos pone en alerta en situaciones de peligro y prepara los mecanismos necesarios por si hay que entrar en ataque o salir huyendo.

El estrés no sólo produce emociones negativas como la ansiedad.

También produce emociones positivas como la alegría que experimentamos al tener éxito o el buen estado de ánimo cuando vemos más cerca el alcance de nuestro objetivo.

Hay momentos en los que experimentar ansiedad en situaciones de estrés no es en absoluto desagradable. Muchas personas, en especial los jóvenes, buscan la activación de este tipo de sensaciones cuando se enfrentan a retos determinados como el deporte de competición o los videojuegos de acción.

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