C/57 // Noviembre 2017
P. 11 de 16
Lengua y literatura:
MI heroína isabel
Mi heroína Isabel es una argentina más, pero de las que hacen la diferencia, su familia es una más de capital, pero son un solo corazón.
Todos ellos compartieron y colaboraron con la misión con la que parece, nació Isabel.
Un día ella sintió que le soplaban al oído, le pareció escuchar que le decían:
“Isabel, este es el momento, ya puedes ir detrás de tus ideales, tú tienes el coraje y el poder para ayudar a los menos favorecidos de estos tiempos.”
Sus papás ya la habían preparado, la habían estimulado para ser solidaria.
Ella vió que podía, su convicción de que era esta su misión en la vida, la llevó a la calle en busca de aquellos que necesitan una mano.
Eran tiempos difíciles, Isabel y su familia llevaron comida caliente, abrigo, contención, palabras de aliento, y los chicos recibieron caricias y besos tan necesarios.
Se sumaban más amigos, ella se movió mucho buscando y recibiendo voluntarios que querían cooperar con lo suyo. Mamás que sólo tenían la teta para darle de comer a sus hijos, que ya correteaban a su alrededor, con restos de juguetes que habían encontrado, escarbando basura.
Estos amigos trajeron ricos alimentos, calentitos que llenaron las panzas flacas y palabras de aliento para estos padres, que un mal día se quedaron sin trabajo. La falta de sustento, los arrojó a la calle y de pronto se vieron viviendo entre cartones y plásticos como techo… ¡Isabel no pudo ignorarlos!
En su mente diseño un bosquejo, ya había pensado en ello muchas noches, había compartido sus ideas con sus seres queridos. ¡Ya tenía forma, era la fundación, que sería destinada a mamás en riesgo con sus niños! ¡Ahí está!
¿Pero cómo lograrlo, cómo se hace, adónde voy, a quién me dirijo?
Muchas preguntas que algunos amigos respondieron con consejos, sugerencias y mano de obra. ¡Ya está! ¡Esto es lo que quería!
Se fundó el comedor, en un principio que después de algún tiempo hasta el presente es el “Hogar Niño Jesus”
En su búsqueda encontró muchos amigos, con un corazón muy lleno de solidaridad, pero… también encontró gente que se oponía, que cuestionaba, que ponía trabas. Gente que teniendo el poder para decir “Sí!” en cambio prefería decir: ¡No!
Ella nunca se frustró, en cambio los enfrentó, exhibió los derechos de aquellos a quienes era necesario albergar y contener.
Su convicción derribó los muros que se oponían, la llamada “burocracia”.
Misión que se cumple años tras año, trabajos que se realiza día tras día, ella, su familia, amigos, maestros, médicos, psicólogos, estudiantes, todos voluntarios, se unieron en una cruzada de amor incondicional.
Beatríz Abbate, Emilce Tejerina, Rosa Montes
Parque Centenario. Semana del Adulto.
Visibilidad del CENS
Alumnos del CENS 57