En Japón, para la misma década empiezan a destacar mangas infantiles como Las aventuras de Dankichi de Keizo Shimada y Fuku-chan de Ryuichi Yokohama.
En 1933 aparece el primer cómic-book, The Funnies, el cual recopila historietas de varios periódicos, dando pie al surgimiento de las pequeñas compañías de cómic-book como All Star Comics, Action Comics o Detective Comics (DC Comics), los cuales se posicionarían en la industria del cómic gracias al nacimiento de los grandes superhéroes Superman de Siegel y Shuster y Batman, Mujer Maravilla y El Capitán América.
Durante la segunda guerra mundial el cómic americano llega a su cumbre, las ventas se disparan y logra atraer un gran público de lectores entre niños, adolescentes y adultos, incluso del género femenino. Sin embargo, el panorama europeo no es tan prometedor ya que algunas publicaciones expiran debido a la Segunda Guerra Mundial. En el caso particular de España, por la dictadura de Franco, los tebeos (término acuñado por los españoles para la historieta), son sometidos a censura por lo que muchos autores deciden publicar en el extranjero, donde su trabajo tiene gran éxito con obras como Vampirella y Creepy y Eerie.
Más adelante ocurre un resurgimiento mundial del cómic durante la Guerra Fría pero, debido a la “cacería de brujas” iniciada en Estados Unidos por el macartismo, las historietas son censuradas pues todo el material que se sospeche tenga contenido comunista no debía ser publicado. Debido a su crítica política y social, EC Comics (que más adelante se convertiría en la revista de humor Mat) es una de las víctimas de la censura debiendo culminar su labor.
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